La crisis, que parece interminable, no
es solo europea. Ben Bernanke, presidente de la Reserva
Federal de EEUU ha dicho que: “vamos acercándonos al
precipicio”. Por su parte, China, en el último semestre
apenas creció 0.7%, la burbuja inmobiliaria del gigante
asiático se desinfla y con ella desciende el consumo de
electricidad.
Los orígenes de la actual crisis son
diversos, los cuales van desde Wall Street, hasta la
burocracia mediterránea, pero a propósito de los
funcionarios griegos, muy diestros maquillando cifras,
imaginemos, que suerte de cifras son capaces de elaborar los
funcionarios chinos para caerle simpáticos a los mandarines
del Partido Comunista. No se debe confiar en las cifras de
la economía china. Si hoy reunimos, el freno en el avance de
la economía china más la crisis española, sin duda América
Latina, que parecía hasta ahora inmune a la crisis, le
llegará por partida doble la sacudida cual tsunami.
Volviendo al caso europeo, la crisis
española, es sumamente grave, no solo porque se trata de la
cuarta economía más grande de la zona Euro, sino que, la
misma podría estar seguida de una crisis similar en Italia y
luego en Francia, lo cual sin duda sellaría el fin del Euro.
Cuando Obama dice que lo que ocurre en España es muy grave
para la economía norteamericana, puede sonar exagerado y
hasta hacerlo lucir como un ignorante, pero en realidad
Obama sabe que la bancarrota de España significaría la caída
de Italia y de Francia, escenario éste realmente
catastrófico.
Francia no está menos expuesta a la
crisis, con un sistema bancario sólido, pero que ha perdido
70% de su valor en bolsa durante los últimos 5 años. Más la
crisis de competitividad y una desfavorable balanza de
exportación respecto a Alemania, tienen a París al borde de
la recesión.
Cuando se crearon las bases de la Unión
Europea, Jacques Delors, creyó ingenuamente que el necesario
federalismo vendría automáticamente, casi por generación
espontánea. Hoy, España, está siendo utilizada como pretexto
a favor de la idea, por cierto, no solo alemana, de
construcción de un federalismo europeo. Casi nadie se opone
a la idea, pero el camino democrático es lento –
referéndums,
etc. - pero es la única forma,
de dotar de bases sólidas, a dicho federalismo en
construcción. Federalismo punitivo versus federalismo
político. El primero promocionado y deseado por Alemania, el
segundo por Francia.
No obstante, colocar a una nación
entera contra la pared, como es el caso de España, para
hacer avanzar posiciones en el proyecto de federalismo
europeo, es un ajedrez sumamente arriesgado.
Ante la urgencia, el sentido común,
debe imponerse y lamentablemente los mercados y sus agentes
provocadores están haciendo todo lo contrario. El caso
Lehman Brothers, como génesis de la crisis actual, no es tan
antiguo, como para que hoy los mercados confíen ciegamente
en los bancos. Estos reciben préstamos a 1%, mientras los
Estados y las colectividades que quieren financiar escuelas,
hospitales y autopistas, los mercados les prestan a 10%.
Hay que evitar que la crisis
financiera, se convierta en crisis social.
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Artículo
originalmente publicado en el diario El Nuevo País. |