¿Qué hacer, qué decisión tomar, como presionar? Hasta un
consenso pareciera verse en el horizonte, no obstante, son
numerosos aquéllos que piensan que boicotear los juegos
olímpicos de Pekín 2008 seria contraproductivo. Hasta el
propio Dalai Lama, se opone firmemente al boicot.
Recordemos a los atletas negros quienes al participar en los
juegos de Berlín y México, popularizaron una causa, que de
haber estado ausentes en dichas olimpiadas, sus legítimas
reivindicaciones se habrían quedado en la penumbra y el
olvido. Hoy, no cabe duda que hay que utilizar estas
Olimpiadas – de las cuales Pekín espera grandes beneficios –
para formular exigencias claras sobre el plano de las
libertades, orientando así, los proyectores sobre las zonas
oscuras del régimen chino.
En el plano puramente deportivo, es evidente que los atletas
en su mayoría se opongan al boicot. A fin de cuentas, no
fueron ellos – los atletas - los que escogieron a la China
como sede. Además, para los deportistas los juegos olímpicos
constituyen una meta, y en muchos casos es un evento para el
cual en su preparación, han dedicado una vida de abnegación
y entrega total.
El debate, se va volviendo surrealista. Faltan apenas cinco
meses para los Juegos, pero hoy, en éste mismo instante,
tibetanos mueren y otros son encarcelados. Por ejemplo, los
cinco ciudadanos tibetanos arrestados recientemente en
Lhassa, ¿creen ustedes que ellos apoyan el boicot? Podemos
pensar, que dichos cinco tibetanos no esperan otra cosa que
ser liberados, y les importa un rábano las olimpiadas.
Mientras transcurren esos largos cinco meses para la
ceremonia inaugural, ¿que puede hacer el mundo libre?
Gordon Brown dice estar listo para recibir en Londres al
Dalai Lama, Angela Merkel suspendió todo dialogo económico
con Pekín y Paris ha puesto en marcha una original mezcla de
presión diplomática discreta y una subida de volumen en
cuanto a las presiones publicas, dejando abierto el terreno
para toda clase de iniciativas, como la que llevo adelante,
éste lunes 25 marzo Robert Ménard, presidente de Reporteros
sin Fronteras – quien acababa de recibir la condecoración de
La Legión de Honor, de manos del presidente Sarkozy - y
junto a dos miembros de dicha organización periodística
lograron – a pesar del amplio dispositivo de seguridad -
perturbar brevemente la ceremonia de encendido de la llama
olímpica en Grecia. La Asociación Reporteros sin Fronteras,
llama a boicotear la ceremonia de inauguración, más no los
juegos.
Para la China, los juegos olímpicos, constituyen una apuesta
enorme, en particular para la población, ya que van a
codearse con la más grande invasión turística y mediática de
su historia. El presidente Hu Jintao, conoce bien a su país,
y para el líder chino, su principal preocupación no son los
juegos en si mismos, sino, quedar a los ojos de sus
gobernados, como un gran jefe de Estado, como el gran
timonel. Que no nos quede la menor duda, que así será, y en
especial en un país donde el Estado controla la vida
económica, el régimen de Pekín se recordara, antes de
atribuir futuros y jugosos contratos, de aquéllos países que
boicotearon o que al menos manifestaron su descontento con
el régimen chino.
De momento, ante tanta indiferencia china por los llamados
que vienen de afuera, se ha podido escuchar una voz que en
teoría no tendría nada que perder. Se trata de Jacques Rogge,
el presidente del Comité Olímpico Internacional, quien
señaló que: "gracias a los JO, la China cambiara, este
verano, este mismo año…Los JO constituyen una fuerza al
servicio del bien", continuó Rogge. No cabe duda, que una
declaración de ese tenor, Hu Jintao no se la esperaba.
Mientras el momento llega, los tibetanos siguen muriendo y
Yang Chunlin, por tan solo haber colocado en Internet una
petición a favor de los derechos humanos, acaba de ser
condenado en China a cinco años de prisión por el delito de
"subversión"
La versión 2008 de las olimpiadas, es hoy, la ultima
esperanza antes que los tibetanos pasen nuevamente al
olvido. Los JO son la mejor ocasión para sensibilizar a la
opinión publica a favor de la causa tibetana, y pase lo que
pase, los Juegos de Pekín, quedaran asociados a la lucha por
la libertad del Tibet.
Desde la antigüedad los juegos olímpicos han sido eventos
políticos. A finales del siglo V antes de Cristo, Esparta
fue reprobada como sede, condenada y excluida por haber
enviado sus tropas a controlar una región díscola y cercana
a los estadios. Primero Grecia, ahora el Tibet, tras 25
siglos las Olimpiadas siguen siendo una ocasión para alertar
al mundo entero sobre ciertas injusticias. Evidentemente que
no hay que boicotearlos hasta hacerlos desaparecer, al
contrario, habría que vivificarlos para hacerlos avanzar.