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Moderando a los ayatolás
por Luis  DE LION
jueves, 27 septiembre 2007


Una regla fundamental es evitar que el fundamentalismo islámico aproveche las libertades del mundo democrático, para reforzar su prestigio y su influencia. En ese sentido, es un grave error, el que una prestigiosa universidad norteamericana, bajo la influencia de reconocidos lobbistas universitarios, cercanos a un Think Tank favorable a los ayatolás, le haya abierto sus puertas al apocalíptico presidente iraní, Ahmadinejad.

Hay siempre que tener en cuenta cuales son los objetivos de aquéllos que las universidades occidentales reciben, ofreciéndoles una exposición mediática máxima. En el caso particular, de “eventos de diálogo” con los fundamentalistas islámicos, es una garantía casi absoluta, que el objetivo de la discusión sea desplazado.

La presencia de Ahmadinejad en Columbia University no escapó a la regla. Si bien, de entrada el rector de dicha universidad, no aportó nada nuevo al debate, por cuanto se limitó a repetir lo mismo que Bush, Blair y Sarkozy, han venido denunciando ante las instancias internacionales. Ahmadinejad, sí aprovechó la ocasión para nuevamente burlarse del holocausto e ironizar sobre los homosexuales de su país, logrando así que se dejara de lado, la discusión en torno, no solo de la amenaza inminente de la bomba nuclear iraní, sino el hecho, que el régimen que preside Ahmadinejad mantiene estrechas relaciones con grupos terroristas como; Hamas, Hezbollá y más recientemente Hezbollá Latinoamérica.

Si bien, es igualmente una regla, que no hay que oponerse al diálogo, debemos tener siempre claro donde empieza y donde termina el combate de valores, porque regímenes como el de los ayatolás no lo ignoran.

Para estos “rebeldes” planetarios al estilo Ahmadinejad, polémicas como la generada en el recinto universitario de Manhattan, solo sirven a la causa del conspirador. Este personaje que ha sido escogido por los ayatolás para jugar el rol del malo número uno, el diabólico que va a enfrentar a los EE.UU. (en franca competencia con Castro, King Jong Il y Chávez), le garantiza dividendos políticos a los ayatolás tanto en la escena interior iraní, como en el Medio Oriente, donde las crisis (Palestina, Irak, Líbano,…) se mueven al ritmo que los ayatolás impongan.

Buscando los ayatolás, ampliar su ámbito de influencia, hace menos de un año, la Universidad de Harvard le abrió su puertas al risueño, ex - presidente iraní, el molá Khatami. Ante la misma pregunta sobre los homosexuales en Irán, el molá respondió que la "sodomía" debía ser castigada con la pena de muerte. ¿Por qué ésta respuesta no causó el mismo revuelo que provocó lo dicho por Ahmadinejad? Porque, diabolizando al oscuro miliciano que es Ahmadinejad, los ayatolás y los molás obtienen de parte de occidente la valiosa etiqueta de “moderados”.

De esa forma, se extiende el influjo de los ahora “moderados” ayatolás y molás, los cuales persiguen la instauración de un califato mundial, bajo la tutela de Mahdi, el Mesías de los chiítas.

Para que la historia no se repita con ésta nueva forma de totalitarismo, no habría que dejar en manos de estos rectores universitarios, ni de ningún otro ingenuo, la delicada tarea de hacerle frente al proyecto de califato de los ayatolás.


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