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Petróleo contra nuclear 
por Luis DE LION
martes, 18 abril 2006
 

Desde que llegó al poder el presidente Ahmadinejad, ha marcado su administración tanto por una escalada verbal, a través de reiteradas amenazas a Israel, así como también por la escalada a gran velocidad de la carrera nuclear iraní. Acontecimientos estos, que pusieron en marcha el procedimiento de sanciones que prevé el derecho internacional, pero para nadie es un secreto que las capacidades coercitivas de la comunidad internacional, no van a la misma velocidad que el iluminado presidente iraní le impone a su provocador y peligroso accionar. 

El proceso de enriquecimiento de Uranio iraní fue retomado en 1985, y no fue sino en el 2003, que intervino la Agencia Internacional de la Energía. Los socios de ésta época oculta del proceso nuclear iraní, fueron Rusia y China, los cuales aportaron componentes esenciales, así como los planos para la fabricación de sofisticadas centrífugas. En la actualidad, los planes de Ahmadinejad prevén la instalación de unas 3000 centrífugas, las cuales deberían estar operativas para mediados del 2008, casualmente el año electoral norteamericano. 

Mientras la industria nuclear iraní avanza, el presidente Admadinejad ha venido ocupando la escena internacional, gracias a un sistema de anuncios trimestrales, sorpresivos, delirantes y espeluznantes. Una suerte de carrera contra el tiempo, necesaria para Admadinejad, por cuanto éste sabía muy bien que su gobierno no contaba con el respaldo absoluto e incondicional de la clase política iraní. Muchos analistas occidentales, apostaron a la posibilidad de un hipotético resquebrajamiento del apoyo político y religioso, que sostiene a Ahmadinejad. Pero para Thérèse Delpeche, experta en asuntos estratégicos y autora del libro, L'Iran, la bombe et la démission des nations, (Paris, Autrement, 2006) la falta de contundencia en las reacciones de la comunidad internacional, ante el caso iraní, han terminado por consolidar a Admadinejad en el poder, al punto que éste último pareciera capaz de erigirse por encima de los líderes supremos de la revolución islamista, una emancipación sin precedentes para los Ayatollahs. 

Ante la lentitud y debilidad de los pronunciamientos de la comunidad internacional, se suma el hecho, que en el medio oriente, todos los países salvo Siria, se sienten hoy amenazados por el potencial poder nuclear iraní. No es solo Israel, convertido en el blanco favorito de los ataques verbales del régimen iraní, como se podría creer, sino que son los países del golfo pérsico, en particular Arabia Saudita quien se percibe amenazada por el tormento persa. Si bien, en el pasado, los países del golfo han denunciado la desigualdad nuclear que tienen ante Israel, estos jamás se han sentido amenazados por Israel. 

Así las cosas, mientras el régimen iraní, anunció oficialmente el pasado 9 abril que enriqueció Uranio, e inmediatamente los EE.UU. le pidieron al Consejo de Seguridad que tomara medidas a los fines de sancionar a Irán, no será sino a finales de éste mes de abril que la ONU se pronuncie al respecto. Como preámbulo a tan esperado dictamen, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, junto a Alemania, se encuentran reunidos en Moscú y algunos de los participantes en dicha reunión, nos confiaron que ante la imposibilidad de establecer un dialogo directo y sincero con Irán, las posibilidades de una solución diplomática se estarían evaporando.

 
 
 
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