Visitar
la ciudad de Berlin, en septiembre de 2006, ser recibidos
por el Presidente Köhler, en el Palacio Bellevue, recorrer
sin ningún tipo de limitaciones los diferentes espacios del
edificio donde se reúne el Parlamento, visitar el monumento
al Holocausto ubicado frente a la calle Hanah Arendt y
observar los restos del muro que fue derribado en septiembre
de 1989, que separaba el sector del Este bajo el régimen
comunista del occidental democrático, son aspectos que
reflejan el desarrollo de una sociedad en la cual se ganan o
se pierden elecciones, se alternan los partidos en el
gobierno y se respetan los derechos humanos, la propiedad
privada, el libre comercio y la libertad de expresión. En
nuestro viaje también supimos del estreno de la película
La Vida de los otros, que posteriormente ganó el Oscar
como la mejor película en idioma extranjero en 2006.
Todo lo que se sabía, pero que era negado por los defensores
del régimen, sobre lo que sucedía en la Alemania que quedó
bajo la dominación de los comunistas después de la II Guerra
Mundial, es resumido, con imágenes que se entrelazan,
diálogos bien seleccionados y los silencios, miedos,
angustias, suicidios y traiciones, envueltos en un niebla de
aparente vida cultural, por Florian Henckel von Donnersmarck,
Director de la película alemana La vida de los otros.
Después de sufrir el régimen criminal Nazi y su Gestapo, los
alemanes en el sector Este pasaron a ser víctimas del terror
de la policía política del comunismo o “Stasi”, de la cual
se ignoraron muchos de sus crímenes, violaciones de los
derechos humanos, persecuciones y torturas durante el
difícil proceso de reunificación. La transición de un
régimen totalitario a un sistema democrático está lleno de
dificultades que aparecen unas inmediatamente y otras a
corto y mediano plazo.
El escritor inglés Timothy Gorton Ash, en su reseña sobre la
película de Florian, relata su estadía en Alemania a finales
de los años 70, con el objeto de escribir su tesis doctoral
sobre Berlin bajo Hitler, y menciona que su investigación
sobre el régimen nazi lo llevó a preguntarse qué es lo que
hace a una persona ser un disidente o luchador de la
resistencia y a otra ser un colaborador con el crimen
organizado de un régimen. Al conocer más sobre lo que
ocurría detrás del Muro de Berlin en la Alemania del Este,
encuentra que los que allí estaban enfrentaban el mismo
dilema en otra dictadura y decide vivir por un tiempo en el
Berlin del Este. No sólo termina su tesis sino que escribe
un libro sobre el régimen del líder comunista Erich Honecker.
Sintió el miedo a la Stasi después que su crítica fue
conocida en la Alemania del Este y se le prohibió la entrada
a este país.
Después que destruyen el muro, en 1989, y se produce el
cambio del régimen, se abrieron los expedientes de la Stasi,
a los que desearan leerlos. Gorton Ash regresó y leyó las
325 páginas del suyo. Así pudo estudiar en forma detallada
el aparato de intimidación que había desarrollado el
régimen; llegar a identificar a quienes lo habían espiado e
informado sobre él; y hablar con casi todos. Sólo uno se
negó a hablar con él. Justificaban su conducta con relatos
humanos comprensibles. Este material de su caso le sirvió de
base para escribir el libro The File (El Expediente),
publicado en 1997. El acceso a las más de 110 millas de
expedientes, permitió que muchos descubrieran que fueron
espiados por personas que consideraban amigas, por
informantes que no conocían y hasta por cónyuges.
La película, ha recibido aplausos y críticas. Gorton Ash la
considera romántica y melodramática y señala algunos
errores, pero también afirma que el punto es que es una
película y por ello usa las convenciones para hacer llegar a
la mayor audiencia posible parte de la verdad de lo que
sucedía bajo la Stasi y mayores verdades que la experiencia
revela sobre la naturaleza humana.
Colocar a la Stasi como el tema central de la película sirve
para conocer cómo se vive en una dictadura y por ello se
considera que podría estimular el fin de la nostalgia por la
era comunista en Alemania y su reemplazo por una visión más
realista. A mediados de la década de los años 80, la Stasi
llegó a tener 90.000 empleados y unos 120.000 “informantes”
que tenían la orden de “observa a tu vecino y llama por
teléfono”. En la película, el policía Wiesler decide espiar
al escritor Georg Dreyman por sospechoso, “porque no había
escrito nada negativo sobre el régimen”.
Cuando se compara el comunismo de Alemania del Este con el
soviético generalmente se menciona que no era tan criminal y
que sus torturas eran psicológicas. Muchas de las víctimas
no comparten esa apreciación y presentaron muchos
testimonios de lo contrario. En la película se presenta como
modelo de tortura efectiva impedirle al acusado que durmiera
hasta lograr que hablara. El chantaje o el temor a acciones
en contra de miembros de la familia eran ampliamente usados.
En la película, a la vecina de enfrente, quien había
observado cuando colocaron micrófonos y cámaras en el
apartamento del escritor, le advierten “Una palabra a
cualquier persona y tu hija inmediatamente pierde su cupo
para estudiar medicina en la Universidad”.
Una fórmula ingeniosa que se ha aplicado a la vida bajo un
régimen comunista contiene tres aspectos: 1-honestidad
personal; 2-apoyo sincero al régimen; y 3-inteligencia. Para
aplicar esa fórmula sólo se puede combinar dos factores,
nunca tres.
Si uno es honesto y apoya al
régimen, uno no es inteligente.
Si uno es inteligente y apoya al régimen, no es honesto.
Si uno es honesto e inteligente, uno no debe apoyar al
régimen.
laura.gurfinkel@gmail.com