En
víspera del onomástico de Simón Bolívar, El Libertador, nos
encontramos que Chávez no está en Venezuela para celebrar
esa fecha alegre y bonita a todos los venezolanos. Anda de
viaje. Pero viaja en su propio honor y disfrute, acogido
lujosamente por dignatarios de variada ralea, según nos
informa el parte oficial. Unos, dictadores repudiados por el
Mundo, como el de Bielorrusia, de difícil nombre; otros,
como el de Rusia, de apellido decidor y repugnante, si nos
acordamos de lo que cobró por el triste favor que nos ha
hecho y con esa rara relación que se inició al vendernos
unos fusiles de asalto, y su munición, emblema de
terroristas, y de uso cotidiano de las FARC,
narcoguerrilleras, y plagiadoras de inocentes ganaderos y
comerciantes colombianos y venezolanos, sin que fueran el
armamento regular de nuestras FAN, para luego agregar al
mandado unos aviones y helicópteros que nuestras FAV no
terminan de sentirlas propias por el manejo cautivo de los
“entrenadores” cubanos, para ahora vendernos unos submarinos
y cohetes, ambos muy fálicos objetos a alto precio, como
hacen los putines bien resabiados. Y concluir el periplo
europeo con una visita al último chulo de la cofradía
lusitana, y un forzado desvío a la Madre Patria, de donde
salió el proscrito y repudiado Colón, calumniado
inútilmente, para vergüenza de todos nosotros, donde
terminará en un vergonzoso acatamiento y solicitud de perdón
al Rey Señor, que lo regañó y silenció por su mala
educación. Zambo se hace solo su Sambenito, y no necesita
ayuda ni vergüenza!
Pero,
qué hace por allá, en lujosos escenarios y Cortes, mientras
Venezuela arde de escasez en alimentos, medicinas y alivios;
en inseguridad de sus jóvenes, asesinados por un hampa
desbocada, y estimulada por el odio oficial y la impunidad
presidencial; en espera irritante por una definición del
derecho a elegir y a ser elegidos de sus ciudadanos, ardid
impulsado por su servil Rufián y cohonestado por sus
cómplices y alcahuetas del CNE; no se bastan los
correveidiles de la Asamblea Nacional para reforzar esa
maniobrita inhabilitadora; no se bastan los bobos
magistrados de su Tribunal máximo, sin argumentos y preñados
de evasivas a espaldas de todas las facultades de Derecho de
todas las Universidades. En eso no se puede dudar como si no
fuera de él, la maniobra de él; nadie es tan tonto como sus
mencionados secuaces. Qué hace por allá mientras en Maracay
se reciben los cuerpos de soldados aviadores, muertos por
sacrificio al servicio, ilegal e inconstitucional, pero por
sobre todo inmoral, de un mandatario extranjero. Qué hace
viajando mientras aquí las lluvias se llevan a niños y niñas
por quebradas y cloacas de nuestros pueblos centrales,
andinos y orientales, por desidia de él. Qué hace viajando
por Europa mientras aquí nos falta lo esencial de la comida,
la salud y el trabajo digno. Claro que cabría preguntarse,
qué hizo antes de irse y para qué sirve que vuelva. Pero en
fin, qué hace Chávez por allá que, una vez más, no da la
cara.