No pretendo hacer creer que la
huelga general, en su segundo mes de existencia se
esté enfriando producto del punto muerto que se
vivió durante la última semana del año 2002.
Cuando digo huelga fría, busco paralelos con la
llamada guerra fría, en virtud y dada la
imposibilidad - por ahora - que una de las partes
logre sobreponerse a la otra. En la fatua campaña
electoral del 98, los crímenes de corrupción de los
gobiernos anteriores habían al menos, constituido un
propósito inquebrantable entre los " aliados
"; de chiripero pasábamos a una marabunta
dispuesta a eliminar los azotes de la corrupción.
Los propósitos de ésta alianza millonaria en votos
eran demasiado divergentes, al tiempo que el para
entonces "comandante amigo de todos"
mostraba ya las costuras de su precariedad como
estadista, por lo que creer en una convivencia
prolongada de ésta marabunta en el ejercicio del
poder, era como comenzar a creer en el niño Jesús a
los 40 años; esto lo dicen quienes nos oponemos a
Chávez desde el mismo 4 de febrero de 1992.
Dicho esto, volvamos a lo que
vinimos; Carlos Ortega presidió el comienzo del
paro, hasta que PDVSA abrazó la parálisis y le puso
el carburante socioeconómico necesario para que el
movimiento opositor se plantara como un polo. El
gobierno, presidido por un militar - por su parte -
reacciona, colocando una cabeza de playa en el
corazón mismo de PDVSA, y mientras aprenden a sacar
y vender petróleo, avanzan la frontera imaginaria
hasta La Campiña. Nótese que hasta aquí, ambos
polos se muestran políticamente desnudos, de allí
que se desprecie la negociación, al punto de
considerarla como un gesto de debilidad. En
consecuencia, la mesa de negociación y acuerdos,
paga los platos rotos dado que la marabunta que antes
mencioné es hoy en día una centrifuga que destruye
cualquier embrión político. Al tiempo que, la
bipolaridad de ésta huelga fría no da cabida a
posiciones intermedias; la tensión se instala y las
partes buscan sus respectivos equilibrios
estratégicos, en un ambiente alterado por los actos
de violencia y la escasez.
El gobierno pega primero,
desplegando trampas de riesgos calculados;
multiplicando los puntos calientes con el fin de
contener los avances del adversario y así disuadirle
que marchando hacia puntos neurálgicos se
produciría un conflicto de mayor envergadura. En
consecuencia, y antes de pasar al acto se despliega
la batalla de la disuasión; por una parte el estado
de excepción; de la otra el artículo 350 de la
Constitución; ambas son bombas atómicas, solo mata
democracias. De esa manera nos adentramos en la
ciénaga del terror, en donde el gobierno esgrime un
precariamente redactado plan cívico militar, donde
su transcriptor o creador (novato del año
Powerpoint), habla del día D y la hora H, como quien
juega Playstation. Por su parte la oposición, lanza
la versión desobediencia tributaria, imposible de
llevarla a la práctica; a menos que cierren los
bancos, los automercados y se paralice el transporte.
Como en la guerra fría, mas
allá de los polos enfrentados hay un tercer mundo,
me refiero a los millones de venezolanos que llevan
mes y medio en la calle. Ese tejido social está
alterado, deformado y lógicamente desesperado. Los
venezolanos condicionados por ambos bloques, no
soportan la idea de ver crecer una tensión
cotidiana, que nos aparta a todos de nuestra
pacífica y vernácula psicología colectiva. Ese
mestizo colectivo, siempre ha tenido una ventana
abierta al mundo; de allí la frustración, cuando
constatamos que dicha costumbre no tiene la
reciprocidad que la urgencia exige; con el agravante,
que esa displicencia internacional habría sido
comprada - en algunos casos - con el dinero de todos
los venezolanos.
Sin embargo, insistimos en
crear un entorno internacional que conduzca a la
supervivencia de las partes en conflicto. En ese
sentido la sugerencia que el periodista español
Miguel Angel Aguilar le hace a Milagros Socorro en su
columna del Jueves 9 de Enero; en cuanto a " la
conformación de un grupo de ex mandatarios europeos
e iberoamericanos que se instalarán en Venezuela
para conversar con representantes de todos los
sectores, para "hacer de diván" luce
infinitamente mas realista, que aferrarse a ésta
destructiva dinámica de huelga fría. Como tampoco
es menos realista, el editorial de Tal Cual del
Miércoles 8 de enero al considerar que " La
crisis desborda al gobierno y asfixia al país" y
en ese sentido se pregunta Teodoro Petkoff si "¿La
FAN no tiene nada que opinar al respecto?"
luisdelion © 2003