¿Esta vez la respuesta es sí? No, no se trata de la
enmienda, sino de Fidel Castro. Quien da la información es
el propio Chávez:
"El Fidel aquel que recorría
calles y pueblos de madrugada no volverá; quedará en el
recuerdo. Fidel va a vivir, como está vivo, y vivirá siempre
más allá de la vida física, y debe vivir”.
En cuanto a la mención de Cuba en el
grifo abierto de palabras con el que Chávez nos inundó en
cadena durante casi 8 horas desde
la
Asamblea, el pasado martes, me dicen que se limitó a unas
palabras “muy sentidas y emotivas”.
La renovada
información de un posible fin físico de Fidel Castro no ha
sido confirmada – igual podría ser cierta, como falsa, lo
que ya poco importa desde que Raúl Castro dio muestras de
que quien manda ahora es él. La Cuba de Raúl, es la que
ahora está vigente.
Quién necesita a quien
Una de las más
absurdas relaciones internacionales jamás vistas en la
política, ha sido la que Hugo Chávez estableció con Cuba.
Que un país próspero, petrolero, amplio y económicamente
poderoso como lo era Venezuela en 1999, se convierta por
voluntad propia y sin necesidad alguna, en esclavo puesto al
servicio de una isla paupérrima, hambreada, económicamente
quebrada, sin producción propia, con mucho menos territorio
y habitantes - no cabe en una mente normal. Chávez arruinó a
Venezuela trasladando gran parte de sus riquezas a Cuba. Lo
hizo basándose en una premisa: desde un inicio apuntaba al
poder indefinido y Fidel Castro le proporcionaba la receta
para lograrlo. (Cuando entrevisté a Chávez en 1994 a su
salida de la prisión de Yare, ya le noté –y así lo publiqué
– el pensamiento hitleriano del poder absoluto. Esto estaba
presente en su mente desde el principio).
Con Fidel fuera del
escenario, queda viva la receta, Chávez sigue aplicándola y
la pregunta clave será: ¿se trata de una receta eterna, de
las que siempre son válidas en la Historia, o una de esas
rabias que desaparecen, muerto el perro? En este momento,
todos los movimientos de Chávez indican que él apuesta por
lo primero.
Veamos. Cuando Raúl
Castro estaba por viajar a Brasil para tender a través del
presidente Lula da Silva el puente hacia Washington, Chávez
insistió en que primero venga a Caracas. Raúl complació “al
sobrino” (sic – “hijo” será de Fidel), pero de Caracas,
prosiguió hacia Brasil. Porque ahora, la necesidad
prioritaria se invirtió. Si bien Cuba, que apunta al norte,
nunca desistiría de la formidable ayuda económica que le
brinda Chávez, Raúl Castro empieza a diversificar y mira
hacia otros lados. En cambio Chávez, enfrentado a una
creciente dificultad de sellar legalmente su permanencia
indefinida en el poder al ejemplo cubano, necesitará
prioritariamente el know how que Cuba puede suministrarle en
materia de represión. Con o sin enmienda constitucional, son
ahora de importancia vital para Chávez, los mecanismos –
policiales, estructurales y administrativos – de control de
una población reacia a aceptar una dictadura comunista. Los
cubanos son los únicos en poseer estos conocimientos. Esta
es la situación real en este momento.
El plan Venecuba
Fidel Castro tejió al
final de su vida, una astuta telaraña destinada a preservar
indefinidamente su paciente labor. Sabía que Raúl es
primeramente un empresario y que en sus manos, Cuba iniciará
un rumbo más pragmático. Pero tenía a Chávez para trasladar
la revolución a Venezuela, fundirla con Cuba y convertirla
en una ventaja económica para el propio Raúl – utilizó a
Chávez para anclar a Raúl, el comerciante, en un esquema
que le represente suficientes ventajas económicas como para
obligarlo a seguir al lado del hijo convertido en sobrino.
Fidel trabajó en
ello desde el inicio del gobierno de Chávez. El traslado de
gente de Cuba a Venezuela y viceversa ha sido gigantesco en
estos últimos diez años. La transformación de las Fuerzas
Armadas de Venezuela en un calco de las Fuerzas
Revolucionarias Cubanas, uniforme y saludo incluidos, fue
impuesta gradualmente, ha sido acatada, mas no aceptada.
Desde hace ya años, crearon en Cuba una bandera que es la
mezcla del tricolor venezolano con el triángulo cubano. La
presencia cubana en los organismos clave de control del
Estado (sala situacional, Onidex y Disip), la redacción de
leyes, sobre todo fiscales y monetarias, que permitan en
cualquier momento proceder a una fusión del signo monetario
con Cuba, el permanente ataque a la propiedad privada,
fueron iniciados desde hace años.
Chávez,
particularmente sensible a los gestos simbólicos, mandó izar
una bandera cubana en el Panteón Nacional venezolano, al
tiempo que lanzaba su frase de que Fidel no paseará por las
calles, pero vivirá más allá de su vida física. Con ello
daba una señal inequívoca.
Comer a lo cubano
Lo más grave para
los venezolanos, no es la bandera en el Panteón, sino lo que
ella representa en términos de la vida diaria. Desde hace
años, Chávez está instaurando en Venezuela el sistema
económico que llevó a Cuba a sufrir hambre durante más de
medio siglo. El control estatal de la producción, precios y
distribución de alimentos, es el esquema que produce la
ausencia de rubros básicos, la inflación y el hambre. Es el
sistema comunista que mantuvo durante décadas a la Unión
Soviética y al bloque oriental en condiciones de perpetua
penuria.
La escasez tiene
para los regímenes comunistas la ventaja de crear la
dependencia del ciudadano de las dádivas oficiales, lo cual
es reforzado por la vigilancia policial y un sistema
judicial de represión legalizada. También esto sería parte,
en Venezuela, del sistema cubano trasladado a Caracas.
¿Están a tiempo?
Frente a este
panorama, la defensa del venezolano común sería que el
régimen creado por Fidel y a punto de ser perpetuado en
Venezuela ya no puede ser el mismo que hace medio siglo,
cuando Castro lo importó de la URSS y lo aplicó en la isla.
La primera gran diferencia en el tiempo, son las
comunicaciones libres, que golpean en la raíz uno de los más
importantes instrumentos comunistas: la mentira oficial
fríamente planificada para contradecir al 100% las
realidades (“inflación cero”, “no hay niños de la calle”,
etc.). La mentira total funcionaba cuando un país estaba
aislado del resto del mundo y la población sólo tenía acceso
a la información oficial. Hoy, esto no es posible, ni
siquiera en la propia Cuba.
Otra defensa del
venezolano, es que Chávez no puede prescindir todavía de una
confirmación electoral, real o trucada, pero que mantenga la
fachada de que él gobierna en nombre del pueblo. Aviso a los
votantes: el sufragio sigue siendo importante.
Finalmente, en diez
años, Chávez logró instaurar en Venezuela gran parte de las
estructuras gubernamentales cubanas, pero encontró una
resistencia nacional que le ha impedido dar el zarpazo final
de la presidencia indefinida y hereditaria. Esto último,
está por definirse el mes próximo. A partir de entonces, si
los resultados del referendo son como los anuncian las
encuestas serias, a Chávez le quedará como solución el
imponer el fraude total, como ya impone la mentira total, o
recurrir a la represión abierta, para instaurar su “Venecuba”.
De lo contrario, habrá perdido el esfuerzo de una década y
Fidel morirá sin haber hecho realidad su gran sueño,
iniciado cuando en 1958, pedía petróleo venezolano, sin
lograrlo, a Rómulo Betancourt.
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Artículo
publicado originalmente en el semanario Zeta |