Al
perder el referendo de la Reforma Constitucional, Hugo
Chávez queda sujeto a la Constitución de 1999, que le
prohíbe dos cosas: volver a presentarse a la reelección y
plantear otra reforma mientras dure el período. Con ello
queda bloqueado en lo que más le importa: mantenerse en el
gobierno indefinidamente.
Para
romper esa doble prohibición, necesita violar la
Constitución que ahora está vigente y confirmada en las
urnas. Si lo hace, incurre en un golpe de estado, dando
plenos poderes a la oposición para derrocarlo aduciendo que
se trata de un presidente golpista, que en el caso de Chávez
y tomando en cuenta el antecedente del 4 de febrero 1992, lo
transforma en recidivista.
De tal
manera que el futuro de Chávez se replantea en términos de
su capacidad de violar la Constitución vigente, y esto a su
vez dependerá del apoyo que para ello se asegure en la
Fuerza Armada, en la opinión pública y con la comunidad
internacional. Los tres le acaban de fallar el pasado 2 de
diciembre y a todos, los debe reagrupar. Tarea nada fácil,
dados los antecedes.
La Fuerza Armada
A los
dos días del Referendo para la Reforma de la Constitución,
¿a qué se debió la folklórica reunión del alto mando de la
Fuerza Armada con un Chávez vestido de uniforme de fatiga
sin insignias y relatando cuentos de fantasmas en el llano?
Se debió a la vital urgencia de mostrar al público, que el
Comandante en Jefe cuenta con el respaldo de la Fuerza
Armada.
En
medio del galimatías verbal de esa reunión difundida
integralmente por el canal del Estado y con solamente los
medios oficialistas de invitados, lo que más surgió de allí
son dos hechos clave. El primero es que a Chávez no le
funcionó la milicia paralela ni los civiles armados y sigue
dependiendo del ejército regular. La segunda es que la
oposición recibió, por obra y gracia de las palabras del
Ministro de la Defensa, lo que más le hacía falta: el rostro
de un líder. Los insultos y la rabia concentrada que fueron
vertidos contra Baduel en esa reunión, lo promovieron al
rango de “general de la oposición”.
En
términos reales, Baduel es ahora el hombre más amenazado
incluso en su seguridad física y posiblemente considerado
como el más peligroso para el régimen. Quienes lo coronaron
como tal ante los ojos del público, han sido Chávez y el
General Rangel Gómez durante esa reunión poco común.
El grito de “venceremos”
Otra
faceta de la pantomima escenificada por ”Chávez con el Alto
Mando”, ha sido la implícita debilidad del argumento
utilizado para “probar” el apoyo al Presidente. Ante la
pregunta, que parecía preparada, de si la Fuerza Armada
mantendrá el saludo “Patria, socialismo o muerte”, el
General Rangel Gómez, Ministro de la Defensa, pronunció las
tres palabras y el alto mando le respondió al unísono
“venceremos”.
Sería
insultar los cerebros de los integrantes del Alto Mando si
decimos que ellos ignoran la procedencia cubana de dicho
grito. Mayor insulto sería suponer, que conscientemente
están dispuestos a imponer en Venezuela un régimen cubano. Y
máximo insulto sería afirmar, que ellos nada saben de las
sostenidas conversaciones que ya existen entre el actual
gobierno cubano dirigido por Raúl Castro, y el Departamento
de Estado en Washington.
Pensar
que este grupo de generales reunidos con Chávez ven en ese
grito algo sustancial y sustentable, es absurdo. Falta saber
si le vieron un interés económico personal, igual como un
actor recibe su sueldo por representar cabalmente un
personaje en el escenario. El detalle es que al actor lo
pagan con lo que se recogió en la taquilla por su trabajo,
mientras que el general es pagado con el dinero que sale del
maná petrolero.
Sin
embargo por más intereses personales que eventualmente pueda
haber de por medio, un general, para llegar a ese grado,
debe tener cierta formación jurídica y es imposible, que los
señores sentados en sus uniformes alrededor del Comandante
en Jefe, no se hayan percatado que son invitados de piedra –
pero presentes, callados y filmados -, mientras el
Presidente infringe en su discurso prohibiciones
constitucionales (volverá a presentar la Reforma),
electorales (desconocerá el resultado anunciado la noche del
referendo), morales (amenazas de lanzar las fuerzas armadas
contra la población civil), legales (expresiones groseras en
horario todo público de la TV) e históricas, al reconocer
públicamente que el 2/D tenía preparada una represión
militar de los civiles. El Alto Mando no podía ignorar que
su silencio y presencia, utilizados a forma de aval del
discurso presidencial, serán comentados en los cuarteles.
Los rangos inferiores no están ciegos y en los casinos
abordan a veces aspectos relativos a la responsabilidad
personal cuando de derechos humanos se trata.
De
manera que si para llevar a cabo sus planes, Hugo Chávez ha
de contar con la fuerza militar, sus esfuerzos para mostrar
que cuenta con ella, más bien subrayaron la fragilidad de
ese apoyo.
El “héroe” popular
Otro
show urgente que debe montar Chávez en este momento, es el
del apoyo popular.
Aquellos 600.000 votos reales en su contra -ya plenamente
comprobados por las cuentas de las actas en manos de los
técnicos- suman casi 7% de los votos emitidos. El voto NO
que más pesó por su número, salió de los barrios populares y
la clase media baja (en la clase media-media y la alta se
abstuvieron de votar, porque privó la convicción que “ese
voto se va a perder”). En otras palabras: el NO salió de los
estratos en los cuales Hugo Chávez siempre ha centrado su
verbo e influencia.
¿A qué
se debió el voto negativo? Quizás pesó la gestión
gubernamental que rebajó a niveles insoportables la
seguridad y el suministro de alimentos básicos. También
parece haber pesado la convicción que la Reforma se había
inventado para hacer de Venezuela otra Cuba, con Chávez
eternizado en Miraflores, pero la gente que votó NO, se
encuentra ahora, que Chávez insiste en imponerles ambas
cosas, a pesar de la negativa que recibió en la urnas.
De modo que si Chávez quiere persistir en su proyecto,
previamente debería recuperar el apoyo popular. A los dos
días del Referendo, el gobierno anuncia operativos de
Mercal, con ventas navideñas de pernil importado y
subsidiado. Dersgraciadamente, un día de operativo en la
plaza pública, no borra la ausencia sostenida de azúcar y
leche, o la escasez de harina de trigo, huevos, pollo,
caraota y aceite. Tampoco puede borrar la realidad de una
inflación que sobrepasa el 20% anual.
Gravísima es ahora para Hugo Chávez la frase de su campaña
“el que vota sí, vota por Chávez. El que vota no, vota
contra Chávez”. La gente votó no y con esa declaración,
Chávez le indicó que no se trata de medidas, sino de su
persona. Hasta ahora, existía en mucha gente la percepción
que “la culpa” de la inseguridad, la escasez, la falta de
vivienda, es de los ministros y no se culpaba a Chávez. Con
su última campaña, Chávez trasladó el rechazo y por ende “la
culpa” a su persona. Rompió un dique que hasta ahora lo
había protegido del deslave.
El proyecto continental
El
cambio de fondo ocurrido en la política internacional de
Hugo Chávez, es que antes era un “Don Regalón” que
distribuye regalos y monta un show, pero ahora sus
extravagancias no producen sonrisas. Chávez no parece haber
comprendido lo fatal que es para un mandatario, caer en la
categoría de “estorbo universal”. Esto lo condena en materia
internacional, a fracasar en lo que toque, como ya fracasó
durante su visita oficial a Francia, donde en vez de ser
recibido a su llegada por el Presidente francés, lo fue por
funcionarios de segundo orden, marcando con ello el trato
que se le tenía previsto. No hubo conferencia de prensa
conjunta de los dos mandatarios y los medios franceses
destrozaron a Chávez, su familia y su política. El tono está
dado.
Chávez
programó un mes de diciembre cargado de viajes oficiales al
exterior. Es evidente, que cuando su primera prioridad
debería ser la pérdida de su popularidad en Venezuela, él
considera que lo más urgente es su proyecto internacional.
Ya empezó anunciando que el príncipe de Asturias le llevaría
un mensaje del rey de España durante la toma de posesión de
la nueva presidenta argentina, Cristina de Kirchner. España
se apresuró a negar oficialmente tal posibilidad. Después
del anuncio público que Uribe le había prometido encontrarse
con Marulanda, las cancillería del mundo parecen estar más
ocupadas en desmentir al presidente venezolano, que en
brindarle buena acogida.
También
en la política exterior, regó vidrios, no los pudo recoger y
ahora debe caminar sobre ellos. Pareciera que interna y
externamente, las consecuencias del 2/D apenas comienzan.
De “desapoyado” a “impresionable”
En segundo lugar, enorme peso tuvo la declaración del
general retirado Raúl Baduel, quien, según Berenice Gómez la
periodista que más conoce la Fuerza Armada, cuenta con el
80% de aprobación entre los uniformados. Si duda de ello
todavía quedaba, el vocablo utilizado por el Ministro de la
Defensa de turno, Rangel Gómez, indicando que Chávez es
“impresionable” para decir que no se deja impresionar, lejos
de negar, confirmó lo que priva en los comentarios de la
gente: que se votó contra Chávez y que “los militares” lo
obligaron a aceptarlo.
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Artículo
publicado originalmente en el semanario Zeta |