En 10
años Hugo Chávez no sólo ha despilfarrado más de 800 mil
millones de dólares en una gasto improductivo y una
regaladora a otros países cuyos gobiernos le apoyan
incondicionalmente, sino que también ha generado un estado
de mayor inflación en América Latina, que ha hecho más pobre
a los pobres y desmantelado a la clase media. Los hospitales
no tienen insumos para los enfermos y la mayoría de las
escuelas están en ruinas, médicos y docentes mal pagados y
sin planes para perfeccionar sus estudios, indican que en la
era del conocimiento el país ha sido conducido hacia un
mayor subdesarrollo.
Hace 10
años el Comandante Chávez asumió la Presidencia de la
República con las promesas de cambiar la democracia
representativa por una participativa y protagónica que
acabaría con la corrupción administrativa, la violación de
los derechos humanos y el control de los demás poderes
públicos por parte del Ejecutivo Nacional, la injusticia
social, la entrega de nuestra soberanía a una potencia
extranjera y hasta con los niños de la calle. En síntesis,
un verdadero cambio político, social y económico inspirado
en el pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y
Ezequiel Zamora, que 10 años después ha cambiado por lo que
llama el socialismo del siglo XXI, con banderas del
socialismo soviético del siglo XX, ruidosamente fracasado; y
de un cheguevarismo y fidelismo cubanos que ha sobrevivido
por el anterior auxilio de la Unión Soviética y por el apoyo
que ha recibido de los excedentes del petróleo venezolano,
que el propio Chávez le ha suministrado.
La
corrupción ha alcanzado límites tan extravagantes, que
algunos beneficiarios, como los empresarios detenidos en los
Estados Unidos, no sólo han echado el cuento de cómo se
enriquecieron de la noche a la mañana, al recibir jugosos
contratos por parte de ministros y otros altos funcionarios,
sin licitación, sino que también contaron el reparto de
comisiones mil millonarias a los más cercanos colaboradores
del Comandante en Jefe. Y para los que pudieran dudar de la
palabra de los ¨niños cantores¨ de Miami, algunos altos
burócratas que forman parte del entorno presidencial, que
antes de su arribo al poder vivían modestamente, hoy hacen
ostentación, sin rubor alguno, de su reciente
enriquecimiento ilícito.
La
violencia social se ha apoderado de los barrios populares, y
afecta a toda la sociedad, que ve morir mediante asesinatos
impunes a más de un millar de venezolanos cada mes, con el
agravante de que esa violencia estimulada por un discurso
virulento del Presidente comienza a extenderse al mundo de
la política. Grupos armados irregularmente, con el argumento
de defender al gobierno de una supuesta invasión extranjera
o de un alzamiento militar interno, según la palabra oficial
al condenar el saqueo a la Sinagoga de la grey judía,
estarían actuando por su cuenta y riesgo, sin que ni la
policía ni la Fuerza Armada sean capaces de desarmarlos. La
inseguridad, después de 10 años de gobierno del Comandante
en Jefe, es mayor.