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Derrota indetenible
por Juan Páez Avila
domingo, 11 enero 2009


La aparentemente habilidosa propuesta del Presidente de la República de extender la elección por tiempo indefinido a gobernadores, alcaldes y legisladores, no sólo es una manipulación política para entusiasmar a sus seguidores que actualmente ocupan esos cargos, sino también el reconocimiento de su pérdida de prestigio entre la mayoría de los electores, que según algunas encuestas le aseguran una tercera derrota en el próximo referendo.

De allí que la violación de la Constitución Bolivariana que se hizo aprobar en 1999, no tenga límites en la mente del Comandante Chávez, quien procede no apegado al derecho sino al poder que cree concentrar en su persona por el sólo hecho de haber ordenado su sanción, para modificarla de acuerdo a sus intereses del momento. Así ha venido procediendo en todas las elecciones que ha convocado para tratar de legitimar su mandato en el tiempo; siempre encuentra o le buscan una manera legal o ilegal de adecuar la legislación venezolana a sus intereses de presidente casi providencial, escogido para gobernar hasta que crea que ha superado todos los males heredados de una historia de antipatriotas o antibolivarianos.

Pero después de 10 años de gobierno, administrando la hacienda pública más cuantiosa de es misma historia, aunque no se le haya agotado su capacidad des maniobra, el fracaso de su gestión frente a la corrupción administrativa, la inseguridad de las personas y los bienes, la vivienda, la salud y la educación, sumados al despilfarro de parte de esos dineros de todos los venezolanos, tratando de arreglarles los problemas a otros países, las mayorías que creyeron en sus promesas le han dado la espalda, y por los indicadores conocidos todo indica que será de una manera definitiva.

La próxima derrota es indetenible y sólo le quedará la alternativa de aceptarla o llevar a una crisis más profunda, en la creencia de que saldrá triunfador por el respaldo militar que ha demostrado poseer hasta ahora, tal como lo tenían los generales Marcos Pérez Jiménez y Augusto Pinochet al momento de desconocer los resultados del plebiscito convocado, por el primero, o tratar de desconocerlo, el segundo.

Y no sólo es el caso de los generales Pérez Jiménez y Augusto Pinochet lo que debe servirle de espejo al Comandante Chávez, sino también, y posiblemente más importante, la reacción de algunos sus partidarios en funciones de gobierno electos popularmente, que tanto por razones constitucionales, como por ser o creerse legítimos aspirantes a sucederlo como candidato presidencial en el 2012, ya no le obedecen ciegamente, después del rotundo fracaso de la administración central, personalista y militarista que impuso desde el comienzo de su gobierno.

En las circunstancias deplorables a las que ha llegado el país como consecuencia de un régimen mesiánico, cuyo comandante se considera omnipotente, pero incapaz de cumplir sus promesas de combatir la corrupción y recoger los niños de la calle, le corresponde a la alternativa democrática lograr la unidad de la mayoría de los venezolanos y preservar la democracia.


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