El
llamado de los Arzobispos y Obispos de Venezuela a todos los
venezolanos y en particular a los católicos, a defender una
Constitución Nacional que sea patrimonio de los ciudadanos,
sin exclusión alguna, se suma a la decisión de la mayoría de
los encuestados que expresan en más del 80% su rechazo a la
tendencia autoritaria de la reforma propuesta por el
Ejecutivo y aumentada en 28 artículos por los diputados
oficialistas de la Asamblea Nacional.
La
aprobación de una Constitución o su Reforma es un hecho
político que concierne a todos los ciudadanos de un país
democrático, expresión de un pacto social que garantice la
convivencia, la pluralidad de pensamiento y de participación
en el marco de un Estado de Derecho. De allí el rechazo a
dotar al Presidente de la República de poderes ilimitados,
sin contrapeso de otros Poderes Públicos, que dejen abierto
el camino hacia el abuso autoritario del Jefe del Estado
contra adversarios políticos e incluso contra partidarios
suyos que puedan pensar y expresar alguna disidencia o idea
contraria a sus decisiones unipersonales.
La
exhortación de los Arzobispos y Obispos del país a defender
la libertad como un derecho fundamental innato en cada ser
humano, lleva implícito no sólo la oración cristiana por el
favor de Dios, sino también la participación en la lectura y
discusión de la Reforma propuesta por el oficialismo, desde
un punto de vista ético y político para concienciar a los
ciudadanos acerca de los peligros de que desaparezca todo
vestigio de democracia, si se aprueba dicha Reforma. Por eso
el debate no es de exclusivo interés de los partidos
políticos, ni un simple enfrentamiento entre oficialismo y
oposición, sino algo de interés nacional, que afecta a todos
los venezolanos.
La
conclusión de Arzobispos y Obispos de Venezuela de que esta
Reforma propuesta es moralmente inaceptable a la luz de la
Doctrina Social de la Iglesia, y que produjo la intervención
del Presidente de la República descalificándolos y no
rebatiendo sus planteamientos, revela que estamos en uno de
los momentos políticos trascendentales de nuestro tiempo. La
Iglesia Católica por una Constitución para todos los
venezolanos, y el gobierno por una Carta Magna que le
otorgue poderes dictatoriales al Comandante en Jefe.
Y
aunque los ciudadanos tendrán la última palabra, expresada
por cada uno en el ámbito de su competencia, tal como lo
hicieron los estudiantes y las ONG que los acompañaron en
primera gran manifestación popular contra la Reforma,
realizada el martes 22 del presente mes, para satisfacción
del pueblo venezolano católico el Vaticano acaba de
respaldar irrestrictamente la posición de la alta jerarquía
eclesiástica de nuestro país, en su llamado a luchar para
Vivir en Libertad.