Tal
vez no estén agotados todos los análisis de especialistas
sobre el contenido y significado de la Reforma a la
Constitución vigente solicitada por el Presidente de la
República y ampliada por la Asamblea Nacional, pero a estas
alturas, camino hacia el Referendo, la afirmación política
de Pompeyo Márquez, expresada en la Asamblea de profesores y
estudiantes universitarios realizada en el Aula Magna, que
en estos momentos lo que está planteado es si la sociedad
venezolana puede funcionar o no en democracia, señala un
rumbo correcto como centro del debate en los próximos días.
Después
que los decanos de varias facultades de Derecho de diversas
universidades del país arribaron a la conclusión de que la
Reforma propuesta es “jurídicamente inaceptable”, que
Arzobispos y Obispos de la Conferencia Episcopal la juzgan
“moralmente inaceptable” para los católicos y el país en
general, que las academias, las universidades autónomas,
Consecomercio y otros gremios empresariales, la mayoría de
los estudiantes y un porcentaje mayoritario de los
encuestados rechazan dicha Reforma, el combate político
señalado por Pompeyo Márquez tomará las calles de las
principales ciudades del país.
Las
primeras manifestaciones encabezadas por los estudiantes
universitarios y apoyadas por buena parte de la sociedad
civil y los partidos políticos de la oposición, para
solicitar, algunos, la posposición del Referendo para
permitir una mayor discusión, y, otros, el retiro de dicha
propuesta para evitar que la confrontación, que ya tiene
visos de violencia, pueda agravarse y generar mayores males
a la sociedad venezolana, indican que es necesario
restablecer el diálogo y abrirle camino a la reconciliación
nacional.
Si el
Presidente de la República no admite una disidencia
democrática, un debate civilizado, el funcionamiento
independiente de los Poderes Públicos, el respeto a los
Derechos Humanos y a la propiedad privada, nadie puede creer
que habrá elecciones transparentes y libres. El camino de la
violencia oficial lo puede llevar a un triunfo inmediato en
su empeño de imponer un pensamiento único, excluyendo a
millones de venezolanos que pensamos distintos, pero si
revisa la historia contemporánea de Venezuela y del mundo
occidental, encontrará una sola respuesta: la prolongación
indefinida en el poder, intentada por varios gobernantes,
abusando de la fuerza y de las artimañas que les aconsejaron
algunos politiqueros que medraban a su alrededor, los
condujo a un rotundo fracaso.
En
Venezuela de hoy, en esta difícil encrucijada, la
experiencia y la cultura política de Pompeyo Márquez,
aconseja apoyar a los estudiantes en sus luchas por la
libertad y la reconciliación.