En
las elecciones celebradas el domingo 2 de diciembre, el
pueblo venezolano derrotó una propuesta autoritaria del
socialismo a la cubana, fracasado en la Unión Soviética y en
el este de Europa, y vio emerger un tercer polo como una
clara y firme expresión del socialismo democrático defendido
por el General Raúl Baduel en el discurso de traspaso del
Ministerio de la Defensa a su sucesor y por el grupo Podemos
encabezado por su Secretario General Ismael García, que
sumados a la ya tradicional oposición democrática y a la
vigorosa presencia juvenil en las calles defendiendo las
libertades públicas, produjeron el primer gran revés del
Presidente Chávez.
Lo que
dijo el General Baduel en el discurso del traspaso del mando
del Ministerio de la Defensa y en posteriores
intervenciones, y lo que han sostenido públicamente Ismael
García y otros dirigentes de Podemos, es que la solución de
los graves problemas sociales y económicos que atraviesa
nuestro país, sólo son solucionables en el marco de un
sistema socialista profundamente democrático, que genere una
inmensa riqueza a través de la empresa privada y pública,
para poder pensar en una distribución equitativa de sus
beneficios. La disidencia de Baduel y de Podemos en el
contexto del socialismo, le pudo haber llegado a miles de
chavistas que aspiran a un cambio social de progreso
individual y colectivo en un clima de participación y
libertades de los ciudadanos. De allí el rechazo a la
tendencia totalitaria contenida en el Proyecto de Reforma
Constitucional expresado en la votación del 2 de diciembre,
mediante la votación por el NO y la abstención de unos 3
millones de venezolanos que habían sufragado por Chávez en
las elecciones que lo reeligieron Presidente de la
República.
Si algo
puede explicar la victoria de la oposición en las elecciones
pasadas es la presencia de nuevos liderazgos, en lo
individual Raúl Baduel y en lo colectivo Podemos y esa
gigantesca y protestataria generación juvenil del 2007. De
estos emergentes liderazgos, Baduel y Podemos se han
pronunciado a favor de un socialismo democrático, no sólo
como una expresión de que no hay vuelta al pasado, sino que
tampoco avala un socialismo autoritario que le quita poder
al soberano para concentrarlo en el Presidente de la
República. Este pudiera ser también el rumbo de la mayoría
de las nuevas generaciones presentes en el escenario
político, cuestión que sólo ellos deben decidir.
En el
Estado Lara, con indudable repercusión nacional, ha emergido
el liderazgo de Marisabel Rodríguez, posiblemente empujada
por las circunstancias de haber sido la Primera Dama de la
República y madre de una niña concebida en ese matrimonio,
aspecto de su vida que solamente ella podrá explicar, pero
con un discurso ponderado, inteligente y constructivo,
propio de una persona que le preocupan los problemas del
país, los conoce y manifiesta estar dispuesta a participar
en la búsqueda de sus soluciones.
Todo
indica que en el momento político que vive nuestro país se
ha experimentado un cambio importante y se abre un camino
hacia la convivencia civilizada, propia de los países en los
que se ha consolidado un socialismo democrático, como en
Europa Occidental, Chile o Brasil para mencionar algunos muy
cercanos.