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La caída de las exportaciones no petroleras
por José Guerra
jueves, 25 junio 2009


En 1936, del total exportados por Venezuela, 9,0% correspondía a bienes distintos al petróleo. Esos bienes eran, principalmente, ganado, carnes, cueros, café y cacao. Setenta y dos (72) años después, en 2008, de todos los productos que el país vendió al exterior, apenas 6,5% fueron artículos diferentes al petróleo, representados por acero, aluminio y ciertos productos petroquímicos. Aquel país, que exportaba carne y ganado en pie hace aproximadamente un siglo, ahora tiene que comprar casi el 50% de la carne que consume a Argentina, Colombia, Brasil y también Nicaragua. Esa exagerada y peligrosa dependencia es consustancial a la Venezuela moderna, pero lo que más preocupa es su profundización durante la administración de Hugo Chávez y sus políticas. Desde Gómez hasta Chávez, todos los gobiernos, absolutamente todos, optaron por vivir del petróleo al sacrificar la producción nacional para favorecer las importaciones. Con Chávez esto ha llegado a extremos que pueden poner en riesgo la estabilidad económica de Venezuela de continuar los vaivenes de los precios de los hidrocarburos.

La política económica en Venezuela tiene un marcado sesgo contra las exportaciones no petroleras. Ello es claro cuando se observa la hostilidad del gobierno contra los sectores que pueden contribuir al incremento de las exportaciones: la agricultura y la industria, sin cuyo desarrollo no posibilidad de progreso. El gobierno con su inclinación a comprar en el exterior hasta los alimentos, está reorientando el gasto hacia las economías de Argentina y Brasil que han encontrado en las compras del sector público venezolano una oportunidad para ampliar sus negocios a costa de la producción de las empresas de Venezuela. En Venezuela no se exporta porque no se produce y no se produce porque no hay incentivos ni para el sector agropecuario ni mucho menos para la industria manufacturera.

Recientemente, dos gobiernos en particular fueron y han sido enemigos del sector exportador no petrolero. Los dos de Rafael Caldera que comprendieron diez años y el Hugo Chávez que ya abarca una década. Caldera siempre pensó que Venezuela debía tener una moneda dura, igual que otros presidentes, sin darse cuanta que esa moneda dura era enemiga de la diversificación de la economía y de la promoción de las actividades de exportación no petroleras. Caldera llegó al absurdo de revaluar el bolívar en términos nominales en 1973 señalando con ello una práctica nefasta. Con ello no hizo otra cosa que incentivar las importaciones y castigar las exportaciones sin saber que con así destruía los empleos en Venezuela y los generaba en aquellos países que le venderían sus productos a Venezuela.

Con Hugo Chávez ha ocurrido algo verdaderamente insólito: un gobierno que se dice de izquierda radical en lugar de promover la industria nacional estimula las importaciones. ¿Por qué ocurre esta paradoja? Porque Hugo Chávez tiene metido en la cabeza que los industriales y agricultores en Venezuela son unos oligarcas a quines hay que destruir. No hay en Venezuela política industrial ni política de promoción de exportaciones. Guiados por los conocimientos incipientes y básicos de Jorge Giordani, desde la cartera de Planificación y Armando León, desde el BCV, el presidente Chávez ha comprado la tesis de que el tipo de cambio del bolívar no se toca, que hay mantenerlo fijo y que además abaratando las importaciones se puede disminuir la inflación interna toda vez que los productos importados entrarían con menor costo en Venezuela. El resultado de esa política ha sido la virtual liquidación del parque industrial y la caída de las exportaciones no petroleras sin que la inflación haya cedido. Así, Venezuela está en el peor de los mundos, sin industrias y con alta inflación.

Es tan precaria la situación de la actividad de exportación no petrolera que aún en términos nominales las ventas de productos al resto del mundo han disminuido. En 2008 Venezuela exportó productos no petroleros por US$ 6.009 millones, cifra que se compara desfavorablemente con los US$ 6.797 millones exportados en 2004. Esto es significativo debido a que a partir de 2003 los precios de los bienes no petroleros experimentaron alzas de precios importantes en los mercados mundiales y ni siquiera eso nos sirvió para levantar nuestras ventas externas. Así estará de deprimido ese sector. En el gráfico adjunto se puede apreciar la perspectiva histórica de la postración de las exportaciones no petroleras: proporcionalmente en 2008 exportamos menos que en 1936.


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