Después de una larga y casi
interminable espera durante toda la tarde del 21 de marzo,
en una cadena de más de dos horas, el presidente Chávez
anunció un conjunto de medidas económicas que pudo haber
hecho en veinte minutos, si hubiese abusado menos de la
audiencia con chistes y anécdotas intrascendentes. Hugo
Chávez pintó un país lleno de industrias, donde abunda el
trabajo, la salud, educación y seguridad pública, pero que
solo existe imaginariamente en el Palacio de Miraflores,
donde todo sobra y nada falta. Al finalizar la alocución, la
conclusión es la siguiente: el problema financiero que
enfrenta el gobierno permanece intacto y la economía, sin
atenuantes, entrará en una fase de estancamiento económico
con inflación, la temible estanflación. El resumen de las
principales medidas se sintetiza en el cuadro anexo.
Desde el punto de vista de los
ingresos, la reestimación del precio del petróleo en la Ley
de Presupuesto desde US$ 60 por barril a US$ 40 por barril,
ya se había señalado como necesaria, en virtud de la
equivocación que cometió el gobierno cuando elaboró un
presupuesto con premisas insinceras como la de la cotización
petrolera. Faltó al presidente decir que la meta de
inflación de 15% y la de crecimiento económico e 6% para
este año 2009, son imposible de cumplir. La disminución del
gasto público nominal en 6,7% respecto al presupuesto
original de 2009 pero 18% respecto al gasto ejecutado en
2008, sugiere que la economía va a experimentar una
restricción fiscal importante si se toma en consideración
que la tasa de inflación puede rondar el 35%, situación que
se traduciría en una caída significativa del gasto. En una
economía como la venezolana donde el motor del crecimiento
ha sido las inyecciones masivas de gasto público, ello se va
a manifestar en una contracción de la actividad económica.
La reducción del gasto suntuario en las fiestas oficiales,
los regalos y los viajes, es un acto simbólico, desde el
punto de vista de la magnitud de las erogaciones. Algo
similar puede decirse la disminución de los altos salarios
de la administración pública aunque esto último puede dar
una señal para organismos tales como PDVSA donde los
elevados sueldos de su directiva es una ofensa para el resto
de quienes en Venezuela perciben un salario. De esta manera,
es de esperar que el recorte del gasto se traduzca en un
menor nivel de actividad económica y de allí el camino a la
recesión es directo.
En cuanto a los ingresos, las
dos medidas adoptadas fueron el incremento en la alícuota
del IVA desde 9% hasta el 12% y un plan de endeudamiento
adicional por BsF 22.000 millones, equivalente a
aproximadamente US$ 10.200 millones. Es claro que la subida
del IVA se va a expresar inevitablemente en un salto del
nivel de precios durante los meses de abril y mayo, con lo
cual la tasa de inflación en 2009 puede acumular un aumento
de más de 35%. En lo relativo al endeudamiento, la
colocación de esa cantidad de deuda en el mercado financiero
puede traducirse en presiones alcista sobre la tasa de
interés al tiempo que pone en evidencia que los famosos
fondos ahorrados en divisas literalmente no existen por si
estuvieran disponibles ellos hubiesen servidos para lanzar
un nuevo programa de inversión pública y evitar el recorte
del gasto. Todo indica que la liquidez de esos fondos en
realidad no es tal y que probablemente están colocados
papeles que hoy valen muy poco en el mercado financiero.
También anunció el presidente un
aumento del salario mínimo de 20% pagadero en dos partes.
Sencillamente con esto se condena a los trabajadores a la
pérdida de al menos 15% de su poder adquisitivo, en la
medida en que con una tasa de inflación esperada de 35% es
claro que el ajuste salarial es insuficiente para que el
salario real del trabajador se mantenga. A parte de la firma
de la contratación colectiva de los trabajadores del Metro
de Caracas, nada le dijo el presidente a los empleados
públicos y a los gremios petroleros, eléctricos y a los de
la educación y la salud. Así, queda el gobierno con la
conflictividad social viva y una situación de inestabilidad
política en puertas.
Dos medidas fundamentales
quedaron pendientes. Por ahora no hay devaluación oficial
pero si en los hechos, porque al restringir Cadivi la
entrega de divisas a la tasa de BsF 2,15 por dólar lo que
está haciendo es canalizar esa demanda insatisfecha hacia el
mercado paralelo, cuya tasa es más de 150% mayor que la
oficial. Sobre el aumento del precio de la gasolina,
igualmente esa asignatura quedó en espera debido a que el
ajuste en estas condiciones de agitación laboral pudiera
haber implicado más fuego para la candela. De esta manera,
el programa económico del gobierno sigue cifrando sus
esperanzas en que las economía capitalistas de Estados
Unidos y Europa salgan de la crisis para que el precio del
petróleo se recupere, entre tanto, PDVSA se endeuda con
China y Japón para financiar su déficit de caja. En
síntesis, todo parece indicar que se profundizarán los
síntomas de la recesión económica aunada a una aceleración
del alza de los precios de los bienes y servicios.
Cuadro
Principales medidas económicas
anunciadas
Ingresos |
Gasto |
Aumento del IVA del 9% al
12% |
Recorte del gasto nominal en
6,7% |
Aumento del endeudamiento
público en US$ 10.200 millones |
Límite a las remuneraciones
de altos funcionarios públicos |
Disminución de la producción
petrolera en 428. 000 barriles diarios |
Aumento del salario mínimo
en 20% |