Hugo
Chávez:
una
oportunidad
perdida
por
José
Guerra
viernes, 6
febrero
2009
|
Al cumplirse diez años de
gobierno de Hugo Chávez, los resultados económicos son
frustrantes. Ha desperdiciado su administración una
oportunidad de oro que le proveyó la providencia con precios
petroleros excepcionalmente elevados que si bien aumentaron
las rentas del Estado no se convirtieron en riqueza
productiva ni en un mejoramiento sostenido de la calidad de
vida de los venezolanos. Una buena parte de quienes habitan
en este país se han convertido en prisioneros de un esquema
de reparto de los ingresos petroleros que los condena a
vivir como dependientes de las dádivas que puedan recibir
por parte de los entes públicos. Se ha destruido la fibra
moral de mucha gente y los incentivos para capacitarse y
buscar trabajo han desaparecido, literalmente.
En materia institucional, a lo
largo de estos años, hay víctimas claras de una política que
procurando rehacer la República ha demolido pilares básicos
de un orden político como es el caso de la Fuerza Armada,
peligrosamente partidizada, PDVSA en manos del nepotismo, el
peculado y el tráfico de influencias y el BCV, cuya
autonomía fue destruida desde 2005. Desde el punto de vista
educativo aunque ha avanzado la masificación es muy
cuestionable la calidad de la educación. La expansión sin
límites de la matricula de la Universidad Nacional
Experimental de la Fuerza Armada, ha acabado cuestionando su
prestigio académico de otrora. De la Universidad Bolivariana
es difícil decir algo porque todavía no calza los puntos
para detentar el nombre de universidad. Es un proyecto en
construcción pero su norte es difuso y la ideologización le
resta cualidades académicas. Este gobierno acabó con el
programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho, puesto ahora al
servicio de la asignación de estudiantes al exterior en
centros educativos sin la categoría que requiere la
realización de estudios de posgrado.
En materia de salud, la
instauración de un sistema paralelo ha terminado en un
estruendoso fracaso. Las cantidades de dinero invertidas han
sido cuantiosas y nulos sus resultados. La prueba: toda la
nómina alta, media y baja de los entes públicos tienen sus
propias pólizas de salud privada. En lo relativo al combate
del delito, los resultados son decepcionantes. El crimen ha
escalado a niveles que cuestionan la convivencia ciudadana,
agravado esto por la conformación de grupos oficialistas
para militares que actúan bajo la protección implícita y
explícita del Estado.
En cuanto a la política
económica, se distinguen dos fases claramente. La primera
que comprende el lapso 1999-2001 donde privó cierta
ortodoxia económica de mano del ministro Jorge Giordani y la
segunda, a partir de 2003, cuyo signo es la creciente
estatización de la economía en una estrategia arriesgada de
destrucción del plantel productivo privado y el intento de
crear una nueva oligarquía del dinero, conformada desde el
Estado por la fusión de seudos empresarios y burócratas que
ahora ocupan los principales ministerios y empresas
públicas. Evaluar la gestión de Hugo Chávez al frente del
Estado implica tomar en cuenta el siguiente dato: su
administración ha recibido en términos reales por habitante
la mayor suma de ingreso petroleros y no petroleros respecto
a los gobiernos anteriores. Otro elemento que debe
considerarse al momento de valorar su ejecutoria es lo
ocurrido entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 con el
paro petrolero. En el período previo a esa paralización, es
decir entre 1999 y 2001, la economía tuvo un desempeño
mediocre toda vez que el ingreso por habitante se contrajo a
un ritmo anual de 1,7%, la tasa de inflación promedio
alcanzó 16,3% en tanto que el desempleo fue de 13,5% el más
elevado de cualquier gobierno precedente.
La síntesis de los principales
indicadores económicos entre 1959 y 2008 se presenta en el
cuadro 1. Cada quien pondera esa información a su manera y
según su perspectiva. Pero lo que es claro y evidente es que
aún disponiendo de la mayor suma de recursos fiscales, el
ingreso por habitante no ha aumentado como habría de
esperarse del beneficio de altos y prolongados precios
petroleros como los que tuvo Venezuela entre 2001 y 2008. En
cuanto al desempleo, el gobierno de Hugo Chávez ha mantenido
tasas elevadas a pesar de las mediciones recientes que
subestiman la desocupación. De hecho está prácticamente
empatado en el primer lugar con el gobierno de Rómulo
Betancourt con las tasas de desocupación más altas. Con una
tasa de inflación de 20,9% promedio anual, con todo y los
controles de precios y de cambio aplicados desde 2003, no
hay mucho que puede agregarse a la calificación del gobierno
de Hugo Chávez como un rotundo fracaso en materia de costo
de vida. Pudo haberse hecho mucho más pero no se hizo.
|
Tasa de
crecimiento del ingreso real por habitante (%) |
Tasa promedio
de desempleo (%) |
Tasa promedio
de inflación (%) |
Betancourt
1959-1964 |
2,2 |
13,4 |
5,7 |
Leoni
1964-1969 |
4,0 |
8,3 |
1,4 |
Caldera I
1969-1974 |
-0,4 |
5,9 |
3,0 |
CAP I
1974-1979 |
1,5 |
5,8 |
8,2 |
Luis Herrera
1979-1984 |
-5,0 |
6,9 |
13,1 |
Lusinchi
1984-1989 |
0,8 |
10,2 |
18,2 |
CAP II
1989-1992 |
1,0 |
8,6 |
44,6 |
Caldera II
1994-1999 |
-0,4 |
10,5 |
60,0 |
Chávez
1999-2008 |
1,4 |
13,0 |
20,9 |
Fuente: BCV
e INE
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