Estimado
Alí: tantos años han pasado y la vida y Chávez te volvieron
a situar en una posición ministerial fundamental en
Veniezuela. Que recuerdos. Los de los compañeros y amigos,
vivos unos y muertos otros. Jamás olvidaremos al Tabanuco
(Rogelio Castillo) a quien la antigua PTJ, en 1982,
martirizó hasta la muerte para arrancarle confesiones que
nos involucraban. Gracias a Jorge Olavaria y la revista
Resumen pudimos ver su rostro moribundo. Esta vez te toca
dirigir las finanzas públicas en una coyuntura más compleja
que difícil. Mucha gente mira con extrañeza tu nombramiento
y como una prueba de que Chávez no cuenta con otro que ocupe
esa cartera. Yo no lo veo de esa manera sino más bien como
una oportunidad para enderezar caminos y corregir fallas. El
ministerio que vas a dirigir está carcomido por la
corrupción en sus más altas esferas, no la de los cuerpos
técnicos ni el personal subalterno, sino donde se adoptan
las decisiones. Desde Nóbrega hasta Isea, el tráfico de
influencias, el porcentaje corruptor, los depósitos en
instituciones financieras preferidas y la sociedad de
comandita con ciertos banqueros, han sido la norma seguida
en el despacho de las finanzas públicas. Te sugiero que
ordenes una investigación sobre el endeudamiento público
nacional y en particular sobre el hecho de que habiendo
grandes montos en poder de la Tesorería Nacional, al mismo
tiempo se emitió deuda pública a raudales, comprometiendo la
salud financiera del país. El tema de la emisión y
colocación de notas estructuradas y bonos argentinos para
disminuir el precio del dólar del mercado paralelo, durante
la gestión de Isea debe concitar una averiguación exhaustiva
y si no lo puedes hacer tú, otro tendrá que hacerlo en algún
momento. Ponerle un freno a esta rebatiña que existe en el
mercado financiero con la colocación de títulos es tu
obligación.
Conozco tu preocupación por la industria nacional y por los
temas del desarrollo económico y por ello mismo debes saber
que el actual tipo de cambio oficial no tiene posibilidades
de sobrevivir más allá de este año y que lo mejor que puedes
hacer es preparar un aterrizaje suave mediante el
establecimiento de un tipo de cambio dual de manera oficial
y desechar esta caricatura que hora existe de una tasa de
cambio paralela, signada por intervenciones discrecionales,
corruptas y poco transparentes por parte del Ministerio de
Finanzas. Debes convencerte que un tipo de cambio fijo en
estas circunstancias de alta inflación interna es un
pasaporte seguro hacia una crisis de la balanza de pagos,
como ocurrió en febrero de 1982, y de lo cual tanto
discutimos. Nunca creas que manteniendo fijo el tipo de
cambio va a bajar la inflación de forma sostenida, más bien
esto conspira contra el crecimiento de la industria y la
agricultura y refuerza nuestra condición de economía de
puerto. Lo mismo ocurre con los subsidios indirectos, como
los que actualmente proliferan, no llegan al consumidor y no
son un remedio eficaz contra la inflación. O es que acaso no
recordamos lo sucedido durante el primer gobierno de Carlos
Andrés Pérez.
En esa coyuntura, el incremento del gasto público puede ser
contraproducente para intentar reanimar la economía porque
el problema en Venezuela no es la falta de demanda, sino que
la capacidad de producción local es prácticamente
inexistente, sino me crees consulta el número de
establecimientos industriales que sobreviven en el país y
compáralo con los de 1996, por ejemplo. Por esta razón, un
fuerte impulso fiscal puede llevar a una exacerbación de la
inflación y sus impactos sobre el crecimiento serían
limitados debido a las restricciones para incrementar la
producción nacional. Acelerar el gasto fiscal más allá de un
determinado umbral se traduciría en un aumento de las
importaciones. Así, prudencia en la ejecución del gasto,
porque una vez desatada la inflación es difícil controlarla
y ésta suele ser enemiga de los gobiernos. En este mismo
tenor te sugiero ir flexibilizando el control de precios
porque éste no disminuye la inflación sino que la acumula.
Hay que crear un ambiente que propicie aumentos de la oferta
interna aunque ello pueda causar alzas de precios
transitorias toda vez que el congelamiento de precios lleva
inevitablemente a la escasez, realidad que tú conociste muy
bien en Cuba.
Rafael Isea hizo del Banco de Desarrollo Económico y Social
(Bandes) y del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), su
banco y su fondo, presas apetitosas, que incluso lo ayudaron
a la conquista de la postulación como candidato a la
gobernación del estado Aragua. Tienes la oportunidad única
de reencontrar el rumbo, señalando en Bandes una tónica de
honestidad en el manejo de sus recursos y a Fonden una
gestión apegada al estatuto jurídico que lo estableció, muy
distinto a lo que hicieron Merentes, Cabeza e Isea quienes
dispusieron de los dineros para operaciones de compra de
deuda de terceros países y favorecieron la especulación
cambiaria. Además, Fonden debe publicar las estadísticas
sobre cuánto recibe, cuánto gasta interna y externamente y
cuál es su flujo de caja. Debe cesar la costumbre de ocultar
la información sobre las cuentas fiscales, lo cual ha sumido
a Venezuela en una especie de tiniebla informativa.
Finalmente, cuídate mucho de algunos personeros de las
finanzas, de sus emisarios y de especialistas en argucias
financieras que, sigilosamente, en medio de la ignorancia de
ministros anteriores, usaron esa ventaja para sus negociados
con los fondos públicos. Consulta con los técnicos del BCV,
entendidos en los asuntos macroeconómicos. Conserva la
honestidad como Román Cárdenas, jefe insigne del ministerio
que hoy tú ocupas.
Tu amigo unilateral.