Uno
de los mayores daños que la gestión gubernamental de Hugo
Chávez le ha causado a Venezuela es el hecho de haber
desprofesionalizado la Administración Pública Nacional al
colocar en cargos ministeriales y postular parlamentarios
sin la formación profesional o el nivel cultural requerido
para cargos de alta responsabilidad. Ello es más visible en
el manejo de los temas económicos donde la capacidad técnica
de los funcionarios claves es muy deficiente y dista años
luces de la que tienen países con un grado de desarrollo
similar al de Venezuela, por no mencionar a Chile donde se
han conformado equipos de talla mundial para dirigir los
asuntos públicos. Por esta razón y vistos los cambios y las
rotaciones que ha promovido el presidente Hugo Chávez, en
las líneas que siguen se esbozan un conjunto de conceptos
elementales que aparecen a diarios en los medios de
comunicación y que tal vez no sean del dominio de algunos
ministros entrantes, miembros del parlamento y de lectores
no especializados en economía.
El Producto Interno Bruto (PIB) esta es la variable
fundamental de la economía y se refiere a la cantidad de
bienes y servicios que produce un país durante un tiempo
determinado, generalmente un año. La forma usual de medirlo
es mediante la demanda destinada a la producción, la cual se
compone de las erogaciones en consumo, inversión, el gasto
del gobierno, el gasto de los no residentes en Venezuela en
compras de bienes producidos en el país, es decir las
exportaciones y a las cuales hay que restar las compras que
hacemos los venezolanos de bienes producido en el exterior
(importaciones). Con la producción se genera ingreso para
quienes en ella participan, los trabajadores reciben sueldos
y salarios, el capital la ganancia y el gobierno los
impuestos una vez deducido los subsidios que otorga. Por
esta razón un aumento del PIB equivale necesariamente a una
expansión del ingreso nacional. El crecimiento económico no
es más que la variación porcentual del PIB en cierto
período. Una economía crece cuando su PIB aumenta de forma
sostenida. En Venezuela y en casi todo el mundo, el
componente esencial del PIB es la demanda agregada interna
la cual está constituida por la suma del consumo y la
inversión. De esta forma, cuando se habla de crecimiento de
la demanda ello se asocia con expansiones del consumo, la
inversión o de ambos. Por su parte, se denomina
exportaciones netas al resultado de restar las importaciones
de las exportaciones. La distribución del ingreso es la
forma en que el PIB se reparte entre sueldos y salarios y
ganancia.
La balanza de pagos es el resultado contable de todas las
transacciones entre los residentes venezolanos y el resto
del mundo. Así, cuando una economía tiene una balanza de
pagos superavitaria es porque recibió mas divisas de las que
egresaron. La balanza de pagos tiene dos cuentas
fundamentales, la cuenta corriente que registra básicamente
el saldo entre exportaciones menos las importaciones y la
cuenta financiera donde se registran los movimientos de
activos y pasivos en moneda extranjera. De esta manera,
cuando un país exporta más de cuanto importa tiene una
entrada de divisas y una salida de divisas cuando las
importaciones exceden las exportaciones. Cuando hay salidas
de capital en una economía, tanto del sector público como
del privado, ello se refleja en saldos deficitarios de la
cuenta financiera y esta es una característica notoria de la
economía venezolana, fuga de capital debido a la
desconfianza. Por lo general, cuando se observa un déficit
de la cuenta corriente ello obedece a un exceso de gasto
respecto a la producción nacional.
El déficit fiscal hace referencia a la diferencia entre
ingresos fiscales y el gasto fiscal. Para valorar la
importancia es este concepto es importante mencionar que en
la contabilización de los ingresos debe considerase los
ingresos ordinarios que son los que se perciben
regularmente, a diferencia de los ingresos por concepto de
la emisión de deuda pública que no es otra cosa que el
financiamiento que recibe el Estado cuando realiza
colocaciones de bonos en el mercado financiero y por tanto
no puede catalogarse como un ingreso ordinario. Por su
parte, el superávit fiscal es el saldo positivo entre
ingresos fiscales y el gasto fiscal. Usualmente, hay dos
formas de financiar un déficit fiscal, en primer lugar,
pidiendo dinero prestado, es decir recurriendo a la emisión
de deuda, tanto interna como externa y en segundo término,
imprimiendo dinero por parte del banco central. En este
último caso, cuando el banco central actúa como financista
del gobierno, se suelen desencadenar procesos inflacionarios
toda vez que la cantidad de dinero en circulación aumenta
desproporcionadamente, lo que se traduce en alzas de
precios. Ello ha venido sucediendo en Venezuela tras la
reforma de la Ley del BCV en julio de 2005 lo que se tradujo
en la confiscación de las reservas internacionales del BCV,
con la pérdida de respaldo del bolívar que ello implicó.