Tuve
la oportunidad de conocer al actual ministro de
Planificación y Desarrollo, Haimad El Troudi a finales de
2006, en un foro sobre el socialismo del siglo XXI,
organizado en Valencia por la Universidad de Carabobo. Fue
una discusión dura pero cordial. Nos despedimos prometiendo
yo leer su último libro de entonces, dedicado a las empresas
de producción social. Y lo hice gracias a la generosidad de
su asistente quien me lo remitió electrónicamente dado que
la edición impresa estaba agotada.
Percibí a un hombre honesto, de
convicciones firmes, sumamente leal al presidente Chávez,
pero igualmente dogmático, formado en un marxismo básico al
estilo de Martha Harnecker en su libro Los conceptos
elementales del materialismo histórico. La cartera de
Planificación y Desarrollo le toca a El Troudi en un momento
difícil donde todo indica que estamos llegando al final del
ciclo de crecimiento económico impulsado por el único motor
activo en la economía venezolana, el gasto fiscal, todo ello
en un contexto de alta inflación y desabastecimiento. No es
para menos, la experiencia de Venezuela sugiere que el
impulso fiscal no suele ser muy duradero y que sin el
concurso de la inversión privada el crecimiento se
desvanece, como ahora está sucediendo.
Con motivo de la presentación de
las cifras de inflación correspondiente a enero de enero de
2008, El Troudi expresó de alguna manera su pensamiento
económico sobre la coyuntura económica de Venezuela y de
ello extraigo estas apreciaciones. 1. "La inflación en enero
disminuyó en lugar de haber aumentado, si se considera a
Maracaibo". Falso totalmente. La inflación se aceleró en
enero toda vez que la tasa de variación anualizada de los
precios (enero de 2008 respecto enero de 2007) pasó de 22,4%
a 24,1%. Si se tuviese el índice general de precios de enero
de 2007, su corroboraría ese resultado. Es más, el Núcleo
Inflacionario que calcula el BCV, el cual representa una
medida más firme del alza de los precios, indica una tasa de
inflación mensual en enero de 3,6% superior a la del 3,4%
del Índice de Precios al Consumidor. 2. "A pesar de que el
gobierno disminuyó el IVA de 14% a 9%, los capitalistas no
bajaron los precios". Absolutamente falso. Cuando se aplicó
esa rebaja del IVA en marzo de 2007 le advertimos al
gobierno, y en particular al capitán Vielma Mora, que en ese
mes los precios bajarían, como efectivamente ocurrió, pero
que luego la inflación retornaría a su curso. 3. "No habrá
de devaluación del bolívar, en el corto, mediano y largo
plazo". Este tal vez sea una de los errores más grande que
haya cometido el estrenado ministro. Para todo el mundo es
claro que el bien más barato en Venezuela es el dólar
oficial y por ello no cesa la demanda a pesar de las trabas
que impone Cadivi. Es imposible decretar que el precio de
una moneda no se vaya a modificar por que ello obedece a
factores que muchas veces escapan a la voluntad de un
gobernante. Con la inflación acumulada de Venezuela de casi
100% en el periodo de control de precios y de cambios, no
hay forma de sostener el actual tipo de cambio de BsF/US$
2,15, sino al costo de paralizar la actividad económica
interna, aumentar el desempleo y liquidar las pocas
industrias que quedan en el país, porque con ese incremento
de los costos de producción no se puede competir con los
productos importados. Este gobierno está atrapado en una
contradicción insalvable al querer promover el desarrollo
endógeno con un tipo de cambio fijo en medio de alta
inflación y un clima anti empresarial que hace inviable la
manufactura nacional. 4. Sugirió El Troudi que la inflación
en Venezuela obedece a un problema de distribución y que
aplicando un torniquete en la frontera se puede bajar los
precios. El efecto de esa medida es la paralización del
comercio fronterizo y la profundización de la escasez de
productos alimenticios toda vez que buena parte de lo que
comemos los venezolanos proviene de Colombia. 5. Finalmente,
El Troudi cometió un desliz imperdonable al amenazar a
quienes opinen y proporcionen cifras sobre los precios, con
cárcel de dos a cuatro años, si tales datos resultan ser
cierto. Si este fuera caso ya el Retén de Yare hubiese
albergado a Nelson Merente y Rodrigo Cabeza quienes se
establecieron metas de inflación para 2006 y 2007 que
resultaron sobrepasadas por la realidad. Otro inquilino de
esa cárcel sería muy pronto el ministro Isea.
El Troudi llama a mejorar la
producción nacional pero al mismo tiempo destila odio hacia
los empresarios, que son quienes conocen de ese negocio.
¿Quién te entiende Haimad?. ¿Cómo arrancas el carro con un
pie en el freno y el otro en el acelerador?