Uno
de los principales problemas que confrontaba la
Administración Pública de Venezuela era una combinación
perversa de bajos sueldos y escasa calificación de los
servidores del Estado. Ello provocó e incentivo la
corrupción debido a que muchos funcionarios altos y medios
estaban tentados a redondear sus salarios con el cobro de
comisiones en una práctica detestable que desacreditó a los
empleados públicos. Durante años, trabajar en algún
organismo del gobierno en lugar de merecer respeto inspiraba
desconfianza a pesar de que la gran mayoría de los
trabajadores son personas honestas. El porcentaje corruptor
y el tráfico de influencias se afianzaron con el auge
petrolero que disfrutó Venezuela en el primer gobierno de
Carlos Andrés Pérez donde los casos de peculado sacudieron a
una descreída opinión pública. Todavía se recuerda la
compra del navío Sierra Nevada que se convirtió en el buque
insignia de la corrupción en este país.
Ciertamente
los salarios eran precarios pero lo eran para todos los
empleados porque no existía una brecha tan pronunciada entre
los ministros y jefes de institutos y el resto del personal
profesional u obrero. Había cierta nivelación entre las
diferentes escalas salariales de manera tal que las
remuneraciones de los directivos no se distanciaban
significativamente de las del personal ubicado en las
posiciones más bajas de la estructura salarial. El caso más
emblemático de una discrepancia salarial en Venezuela lo
representaba PDVSA debido a la naturaleza del negocio
petrolero y la fuerte competencia existente por los cuadros
gerenciales en el mercado internacional, donde las compañías
transnacionales apostaban muy fuerte para atraer personal
calificado.
En el último
gobierno de Caldera la situación comenzó a cambiar
ligeramente favor de aumentos salariales que privilegiaban
al tren ministerial y ejecutivo del Estado en detrimento de
la nómina ordinaria. Sin embargo, ha sido durante la gestión
del presidente Hugo Chávez donde se ha producido una
ampliación sin precedentes en las remuneraciones del sector
público hasta conformarse una especie de aristocracia, con
sueldos básicos, cobro de primas, bonos y otras
gratificaciones que en muchos casos no guardan
correspondencia con las calificaciones técnicas y personales
de quienes detentan esos cargos. En el cuadro adjunto se
presenta una muestra que permite comparar las remuneraciones
totales devengadas por los presidentes o jefes de distintos
entes públicos con el de un profesional situado en
posiciones bajas. La búsqueda de los datos fue una labor
detectivesca, recurriendo a fuentes secundarias, por cuanto
en Venezuela existe una opacidad total en materia de
información sobre los asuntos públicos. Los venezolanos
tienen derecho a conocer cuánto les cuesta a los
contribuyentes las labores que desempeña el alto
funcionariado.
Nadie puede
argumentar seriamente que los sueldos de la directiva de una
empresa del Estado o de un instituto autónomo no sean
competitivos y que el esfuerzo realizado no se valore
apropiadamente. Se trata más bien de situaciones de
injusticia en contra de trabajadores que laboran a un ritmo
similar al de sus jefes mientras que su grado de
calificación puede excederlo fácilmente. Claro está que hay
de por medio un factor de responsabilidad pero con todo y
ello no hay justificación para que exista un abismo en las
remuneraciones.
Cuadro
Remuneraciones totales mensuales
(Bolívares)
|
Jefe o
presidente |
Profesional |
PDVSA |
55.000.000 |
4.000.000 |
Seniat |
28.000.000 |
3.500.000 |
BCV |
42.000.000 |
3.000.000 |
TSJ |
44.000.000 |
8.000.000 |
CNE |
32.000.000 |
6.000.000 |
Nota:
incluye salario básico, bonos, primas, tarjetas de crédito,
seguros médicos con cobertura nacional e internacional y
demás compensaciones. No incluye gastos de seguridad
personal ni vehículos asignados.
De los entes
mencionados es conveniente evaluar el caso de PDVSA y el
BCV. La industria petrolera de Venezuela está acusando una
caída significativa en sus niveles de producción y
exportación, lo que ha llevado a la empresa a tener que
recurrir al endeudamiento masivo en un momento de elevados
precios del crudo. En el caso del BCV, el instituto emisor
ha incumplido sistemáticamente la meta de inflación
anunciada y además no ejerce sus funciones monetarias
adecuadamente. Y con todo, la sociedad debe cargar con los
costos de remuneraciones excesivas respecto a los resultados
obtenidos para esas instituciones. El salario del presidente
George W. Bush es de US$ 33.333 mensuales, aproximadamente
Bs. 72.000.000, ¿cuánto es la remuneración real del
presidente Chávez?