Inicio | Editor | Contáctenos 
 

El peligro de la inflación
por José Guerra
jueves, 8 febrero 2007


Las cifras del BCV, relativas a la tasa de inflación de enero de 2007, deberían encender las alarmas sobre el peligro que se cierne sobre la economía venezolana de continuar el alza de los precios. En efecto, según la información del Instituto Emisor, el índice de inflación registró un aumento de 2,0% en el primer mes de este año, lo que se traduce en un crecimiento de los precios de 18,4% en los doce meses que van desde enero de 2006 a enero de 2007, lo que se denomina la tasa anualizada de inflación. Lo peor de todo es que ese aumento puntual de enero es el mayor en al menos ocho años. Conviene destacar que de la información suministradas por el BCV la que más llama la atención es la referida a la inflación del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas donde los precios aumentaron 4,0% durante el mes para un acumulado de 31,1% anual. Con estas cifras, Venezuela comienza con muy mal pie el año toda vez que en el presupuesto nacional y en el Acuerdo Anual de Políticas se estableció una meta de inflación de doce por ciento (12%) para 2007. Debe destacarse que en materia de inflación la credibilidad del Ministerio de Finanzas y el BCV es nula por cuanto sucesivamente han incumplido el objetivo establecido, tal como sucedió en 2006 cuando fijaron un rango entre 10% y 12% para la inflación y ésta cerró el año en 17,0%, como se aprecia en el gráfico.

Es importante resaltar que uno de los hechos más relevantes del acontecer económico mundial es la disminución de la inflación, la cual a nivel global se situó en 2006 en el entorno de 6,0%, salvo los episodios inflacionarios de algunos países como Zimbabwe que sufre una hiperinflación o Eritrea, Uzbekistán, Guinea, Myanmar, entre otros con inflaciones altas. A ese club de países se está sumando Venezuela.

En un lapso donde no se depreció el tipo de cambio oficial, estuvieron vigentes controles de precios, se vendieron masivamente productos subsidiados y se realizaron importaciones a raudales, una tasa de inflación anual de 18,4% representa un fracaso estrepitoso de la política económica. Aquí no hay atenuantes.

Los voceros en materia económica o quienes defienden la política económica, Rodrigo Cabezas, Armando León y Jorge Giordani, entre otros pocos, tienen un discurso muy peculiar al tiempo que han inaugurado una especie de nueva teoría económica aplicable únicamente a Venezuela, según ellos cuando la inflación disminuye, se debe a las medidas adoptadas por el gobierno Sin embargo, cuando la inflación sube la causa está en la especulación propiciada por los comerciantes e industriales. Semejante modo de entender la economía no tiene racionalidad porque industriales y comerciantes que antes vendían a precios bajos aumentan los precios debido al incremento de los costos o a un ambiente de expectativas de inflación como las que actualmente existen en Venezuela.

¿Qué factores pueden explicar un aumento de la tasa de inflación en Venezuela durante el lapso enero de 2006 y enero 2007, si el tipo de cambio no se modificó y si estuvieron vigentes controles de precios y el efecto Mercal? El análisis remite necesariamente a las políticas monetaria y fiscal que se han venido instrumentando en Venezuela.

La política fiscal del gobierno de Hugo Chávez se ha caracterizado a partir de 2003, por una expansión de gasto sin precedentes cercanos. En medio de un gasto real que crece a tasas superiores al 40,0% anual no hay economía que pueda asimilar ese volumen de erogaciones sin que ello se exprese en un alza de los precios, por muy elevado que sean las importaciones. Todavía más, aunque todavía el Ministerio de Finanzas no ha publicado las cifras, todo indica que 2006 cerró con déficit en las cuentas públicas cercano al 1,5% del PIB, no obstante el record al que se cotizaron los precios del petróleo.

El otro factor que explica el aumento de la inflación en el lapso analizado es la orientación de la política monetaria, la cual ha procurado financiar el déficit fiscal con creación de dinero, a lo que se agregó la decisión del Directorio del BCV de bajar lasa tasas de interés para que el gobierno se financiara a bajo costo, utilizando la liquidez existente en el mercado financiero. En 2006, la liquidez monetaria registró un incremento de 70,0% como resultado de la política expansiva aplicada por el BCV para financiar al gobierno. Similarmente, la medida del Instituto Emisor de disminuir la tasa de interés de su instrumento de política monetaria ha facilitado la obtención de fondos por parte del gobierno, pero al costo de provocar una expansión monetaria adicional que ahora se traduce en presiones inflacionarias. En la medida en que las expectativas de inflación se exacerbaban a partir de septiembre de 2006, al unísono el BCV de manera absurda continuó bajando la tasa de interés con lo cual actuaba de manera pro inflacionaria. No le ha quedado al BCV otra opción que recurrir a una medida de política monetaria en desuso, como es el aumento del encaje bancario, para controlar el crecimiento de los precios, con resultados decepcionantes.

Los desatinos de las autoridades del BCV no están completas si se deja de mencionar la decisión del Directorio del Instituto en julio de 2005 de entregar parte importante de sus reservas internacionales al gobierno para aumentar todavía más el gasto público, lo que se expresó la pérdida de respaldo del bolívar y en subsecuentes presiones inflacionarias. Por tanto esta subida de precios observada en enero no se le puede atribuir principalmente a la depreciación del bolívar en el mercado paralelo de divisas sino a acciones más permanentes con la equivocada política fiscal y monetaria seguida hasta ahora.

El control del BCV

Si las autoridades del BCV han sido tan sumisas frente al gobierno habiendo traspasado sus activos para finan ciar el déficit fiscal y entregando utilidades donde existe pérdida, ¿cuál es el empeño de Hugo Chávez de eliminar la legalmente la autonomía del BCV, cuando ésta en la práctica ya no existe? Para responder a esta interrogante, hay que conocer que el BCV tiene el sistema de estadísticas económicas más creíble de Venezuela, entre las que se encuentran tres cifras fundamentales para la evaluación del acontecer económico: el producto interno bruto (PIB), la balanza de pagos y el Índice de Precios al Consumidor (IPC), termómetro de la inflación. Con la pérdida de la autonomía del BCV, será muy difícil creer en las estadísticas que proporciona el BCV, no obstante la mística y profesionalismo de sus técnicos. En manos del gobierno, el BCV será un instrumento propagandístico para intentar mostrar una realidad inexistente. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y ese es el caso del BCV, una institución que fue modelo de gestión en un país donde la politiquería acabó con su administración pública y que Hugo Chávez se propuso destruir y lo ha logrado, con la ayuda de todo el Directorio del BCV. Nadie se salva.

El precio del petróleo

La semana pasada el precio del crudo se recuperó de las caídas que experimentó al comenzar el año. El ascenso del precio respondió, por una parte al retorno del invierno en Estados Unidos tras las benignas temperaturas de noviembre, diciembre y principios de enero y por la otra a la decisión de Arabia Saudita de recortar su producción. Todo hace suponer que en 2007 los precios del petróleo disminuirán un poco aunque es muy difícil estimar la magnitud del descenso. Hay un dato que no puede soslayarse y es el hecho que ahora la humanidad está tomando conciencia del efecto pernicioso del cambio climático, lo que a futuro va a implicar mayores esfuerzos por sustituir al petróleo como fuente principal de energía. Aunque esto es muy viejo y se ha escuchado en otras ocasiones, la diferencia está en que esta vez si se están haciendo visibles para la especie humana el impacto de los combustibles fósiles. No será a corto plazo pero el petróleo va a perder terreno como insumo energético.
 


© Copyright 2007 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.