Las
cifras del BCV, relativas a la tasa de inflación de enero de
2007, deberían encender las alarmas sobre el peligro que se
cierne sobre la economía venezolana de continuar el alza de
los precios. En efecto, según la información del Instituto
Emisor, el índice de inflación registró un aumento de 2,0%
en el primer mes de este año, lo que se traduce en un
crecimiento de los precios de 18,4% en los doce meses que
van desde enero de 2006 a enero de 2007, lo que se denomina
la tasa anualizada de inflación. Lo peor de todo es que ese
aumento puntual de enero es el mayor en al menos ocho años.
Conviene destacar que de la información suministradas por el
BCV la que más llama la atención es la referida a la
inflación del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas
donde los precios aumentaron 4,0% durante el mes para un
acumulado de 31,1% anual. Con estas cifras, Venezuela
comienza con muy mal pie el año toda vez que en el
presupuesto nacional y en el Acuerdo Anual de Políticas se
estableció una meta de inflación de doce por ciento (12%)
para 2007. Debe destacarse que en materia de inflación la
credibilidad del Ministerio de Finanzas y el BCV es nula por
cuanto sucesivamente han incumplido el objetivo establecido,
tal como sucedió en 2006 cuando fijaron un rango entre 10% y
12% para la inflación y ésta cerró el año en 17,0%, como se
aprecia en el gráfico.
Es importante resaltar que uno de los hechos más relevantes
del acontecer económico mundial es la disminución de la
inflación, la cual a nivel global se situó en 2006 en el
entorno de 6,0%, salvo los episodios inflacionarios de
algunos países como Zimbabwe que sufre una hiperinflación o
Eritrea, Uzbekistán, Guinea, Myanmar, entre otros con
inflaciones altas. A ese club de países se está sumando
Venezuela.
En un lapso donde no se depreció el tipo de cambio oficial,
estuvieron vigentes controles de precios, se vendieron
masivamente productos subsidiados y se realizaron
importaciones a raudales, una tasa de inflación anual de
18,4% representa un fracaso estrepitoso de la política
económica. Aquí no hay atenuantes.
Los voceros en materia económica o quienes defienden la
política económica, Rodrigo Cabezas, Armando León y Jorge
Giordani, entre otros pocos, tienen un discurso muy peculiar
al tiempo que han inaugurado una especie de nueva teoría
económica aplicable únicamente a Venezuela, según ellos
cuando la inflación disminuye, se debe a las medidas
adoptadas por el gobierno Sin embargo, cuando la inflación
sube la causa está en la especulación propiciada por los
comerciantes e industriales. Semejante modo de entender la
economía no tiene racionalidad porque industriales y
comerciantes que antes vendían a precios bajos aumentan los
precios debido al incremento de los costos o a un ambiente
de expectativas de inflación como las que actualmente
existen en Venezuela.
¿Qué factores pueden explicar un aumento de la tasa de
inflación en Venezuela durante el lapso enero de 2006 y
enero 2007, si el tipo de cambio no se modificó y si
estuvieron vigentes controles de precios y el efecto Mercal?
El análisis remite necesariamente a las políticas monetaria
y fiscal que se han venido instrumentando en Venezuela.
La política fiscal del gobierno de Hugo Chávez se ha
caracterizado a partir de 2003, por una expansión de gasto
sin precedentes cercanos. En medio de un gasto real que
crece a tasas superiores al 40,0% anual no hay economía que
pueda asimilar ese volumen de erogaciones sin que ello se
exprese en un alza de los precios, por muy elevado que sean
las importaciones. Todavía más, aunque todavía el Ministerio
de Finanzas no ha publicado las cifras, todo indica que 2006
cerró con déficit en las cuentas públicas cercano al 1,5%
del PIB, no obstante el record al que se cotizaron los
precios del petróleo.
El otro factor que explica el aumento de la inflación en el
lapso analizado es la orientación de la política monetaria,
la cual ha procurado financiar el déficit fiscal con
creación de dinero, a lo que se agregó la decisión del
Directorio del BCV de bajar lasa tasas de interés para que
el gobierno se financiara a bajo costo, utilizando la
liquidez existente en el mercado financiero. En 2006, la
liquidez monetaria registró un incremento de 70,0% como
resultado de la política expansiva aplicada por el BCV para
financiar al gobierno. Similarmente, la medida del Instituto
Emisor de disminuir la tasa de interés de su instrumento de
política monetaria ha facilitado la obtención de fondos por
parte del gobierno, pero al costo de provocar una expansión
monetaria adicional que ahora se traduce en presiones
inflacionarias. En la medida en que las expectativas de
inflación se exacerbaban a partir de septiembre de 2006, al
unísono el BCV de manera absurda continuó bajando la tasa de
interés con lo cual actuaba de manera pro inflacionaria. No
le ha quedado al BCV otra opción que recurrir a una medida
de política monetaria en desuso, como es el aumento del
encaje bancario, para controlar el crecimiento de los
precios, con resultados decepcionantes.
Los desatinos de las autoridades del BCV no están completas
si se deja de mencionar la decisión del Directorio del
Instituto en julio de 2005 de entregar parte importante de
sus reservas internacionales al gobierno para aumentar
todavía más el gasto público, lo que se expresó la pérdida
de respaldo del bolívar y en subsecuentes presiones
inflacionarias. Por tanto esta subida de precios observada
en enero no se le puede atribuir principalmente a la
depreciación del bolívar en el mercado paralelo de divisas
sino a acciones más permanentes con la equivocada política
fiscal y monetaria seguida hasta ahora.
El control del BCV
Si las autoridades del BCV han sido tan sumisas frente al
gobierno habiendo traspasado sus activos para finan ciar el
déficit fiscal y entregando utilidades donde existe pérdida,
¿cuál es el empeño de Hugo Chávez de eliminar la legalmente
la autonomía del BCV, cuando ésta en la práctica ya no
existe? Para responder a esta interrogante, hay que conocer
que el BCV tiene el sistema de estadísticas económicas más
creíble de Venezuela, entre las que se encuentran tres
cifras fundamentales para la evaluación del acontecer
económico: el producto interno bruto (PIB), la balanza de
pagos y el Índice de Precios al Consumidor (IPC), termómetro
de la inflación. Con la pérdida de la autonomía del BCV,
será muy difícil creer en las estadísticas que proporciona
el BCV, no obstante la mística y profesionalismo de sus
técnicos. En manos del gobierno, el BCV será un instrumento
propagandístico para intentar mostrar una realidad
inexistente. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y
ese es el caso del BCV, una institución que fue modelo de
gestión en un país donde la politiquería acabó con su
administración pública y que Hugo Chávez se propuso destruir
y lo ha logrado, con la ayuda de todo el Directorio del BCV.
Nadie se salva.
El precio del petróleo
La semana pasada el precio del crudo se recuperó de las
caídas que experimentó al comenzar el año. El ascenso del
precio respondió, por una parte al retorno del invierno en
Estados Unidos tras las benignas temperaturas de noviembre,
diciembre y principios de enero y por la otra a la decisión
de Arabia Saudita de recortar su producción. Todo hace
suponer que en 2007 los precios del petróleo disminuirán un
poco aunque es muy difícil estimar la magnitud del descenso.
Hay un dato que no puede soslayarse y es el hecho que ahora
la humanidad está tomando conciencia del efecto pernicioso
del cambio climático, lo que a futuro va a implicar mayores
esfuerzos por sustituir al petróleo como fuente principal de
energía. Aunque esto es muy viejo y se ha escuchado en otras
ocasiones, la diferencia está en que esta vez si se están
haciendo visibles para la especie humana el impacto de los
combustibles fósiles. No será a corto plazo pero el petróleo
va a perder terreno como insumo energético.