Una
lección de paz y hermandad se dio en la tarde del domingo
16 de marzo cuando en el puente Simón Bolívar en la frontera
colombo-venezolana un concierto unió a los pueblos hermanos,
Colombia, Ecuador y Venezuela. El río Táchira se convirtió
por la paz en un mar de gente para demostrar que nuestros
países solo limitan con ella.
La multitud presente en el evento demostró
que quien pretenda ser cómplice del terrorismo y la
violencia e intente ir en contra la paz no será apoyado.
Artistas y público vestidos de blanco se
unieron en un solo clamor, los que hoy llamaron
“cancilleres de la paz”, representados por los españoles
Alejandro Sanz y Miguel Bosé, el dominicano Juan Luis
Guerra, el venezolano Ricardo Montaner, el ecuatoriano Juan
Fernando Velazco y por parte del país anfitrión Colombia, su
promotor Juan Esteban Aristizabal “Juanes” y Carlos Vives
fueron los encargados de trasmitir el mensaje.
No hubo egos ni rivalidades, entregaron con
su música y sus palabras el mensaje que cada uno de los que
luchamos sin tregua y sin hipocresía por vivir en paz
quisiéramos dar, ellos fueron nuestros voceros.
Un grupo de jóvenes que brindaron una
impecable interpretación de música colombiana y venezolana.
Un canto, una música, una bandera, un solo clamor.
Latinoamérica quiere vivir en paz.
La música envió un mensaje contundente: a las
FARC, al mandante venezolano, a Correa quien recientemente
recibió sus correazos por el discurso ambiguo y falta de
personalidad que finalmente lo dejó solo y una voz de apoyo
al presidente Alvaro Uribe quien es el único que ha logrado,
a pesar de todo, tener su popularidad en el punto mas alto,
tratando de buscar la paz en su país mientras sus homólogos
juegan a la guerra comprometiendo a países y habitantes sin
aviso y sin protesto.
“Nada puede cambiar la historia de amor de
los pueblos, la música no tiene fronteras, queremos a los
nuestros de vuelta” dijo Vives coreado por la multitud;
Velazco al decir “somos un solo pueblo unido por la paz” no
necesitaba de mas palabras para expresar su sentir.
Alejandro Sanz, vetado para actuar en
Venezuela por haber dado declaraciones que no agradaron a su
mandante , fue ovacionado por un pueblo que lo reivindicó y
rechazó la acción del que lo veta, su mensaje claro y
fuerte, “hoy estamos haciendo historia”.
Todos los cancilleres remendaron el “corazón
partío”, mejor imposible.
La bilirrubina de Juan Luis Guerra le subió
seguramente a unos cuantos en este evento: al que sabe que
su plan de guerra quedó desecho, sus cómplices, los
complacientes e hipócritas; después les lanzó “sus avispas
pa´que los piquen” y remató a coro con lo que sería un sueño
para el mundo:¡ ojalá que llueva café en el campo!.
Bosé espera que llegue el día en que los
pueblos representen lo que significa vivir en paz, cantó con
Juanes, el de la idea, el anfitrión del evento por la
fraternidad que rechaza el conflicto bélico y al que se
refirió “como un tío con dos cojones, viva la madre que lo
parió” un elogio con la fuerza de la España castigada mil
veces por los terroristas. Juntos entonaron “Dame una isla
en el medio del mar, llamada libertad”.
A buen entendedor.........
Montaner le dedicó sus canciones “ a mi
Venezuela, a mi Colombia”.
Juanes se dirigió a todos los países
latinoamericanos, entonó su conocida canción “A Dios le
pido” donde dice “ que si me muero sea de amor” , allí mandó
su mensaje al horror de morir en guerra, en violencia, bajo
terror. O en “Banderas de manos”: “Sembremos la paz, alcemos
el alma, alcemos la voz”.”Que la guerra no da explicación”
Tres países hermanos, representados por los
cancilleres de la paz y su música como portadores del
mensaje de lo que cada uno de nosotros quisiera expresar,
enviaron su mensaje al mundo y a todos aquellos que
pretenden quebrantar voluntades y conciencias con violencia
y terror: Por mas que lo intenten
no habrá fuerza posible capaz de desviarnos del camino de la
paz.