(
A Barry Bonds , al “Cohete” Clemens y al resto de peloteros
del Informe Mitchel)
A
propósito de la polémica que existe alrededor de la
“presunta” responsabilidad de algunos peloteros en el
consumo de esteroides para mejorar sus condiciones y
potenciar sus numeritos, cuando estas sustancias aún no
había sido prohibidas en el mundo del béisbol, me viene a la
memoria el ejemplo del gran campeón de golf estadounidense
Bobby Jones. La película sobre su vida que data del año
2004, protagonizada por Jim Caviezel ( el mismo actor que
encarnó a Jesús en la “Pasión de Cristo” ) , tiene una
escena que habla por si sola de la calidad ética del gran
Bobby Jones. En un torneo contra el mejor jugador del
momento a nivel profesional (Jones siempre fue amateur) y
faltando un hoyo para concluir en primer lugar, Bobby llama
a uno de los jueces para decirle que había tocado la bola y
por tanto tendría un golpe extra, el arbitro le dice que él
no vio nada y consulta con los otros jueces y con el público
de primera fila, luego se dirige a Jones y sentencia: “Nadie
vio nada, todo queda en sus manos “. Jones le responde que
él está seguro de haberla tocado, pierde ese golpe y pierde
el juego en ese crucial momento. Aún en el campo, el Jugador
profesional se queda admirado al oír lo que responde Jones
al arbitro quién le pregunta: “¿Por qué hizo esto?”. Jones
se los queda mirando y les dice: “No conozco otra forma de
jugar este juego”.
¿
Es el mundo y la gloria deportiva, de los vivos y
pragmáticos, ó de aquellos que en su entereza, tienen la
suficiente ética como para no empañar sus logros con atajos
y triquiñuelas ?. Esta Pregunta, sospecho que también es
válida, muy valida en todos los aspectos de la vida.
jamedina11@gmail.com