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Tres inmortales
por José Alberto Medina Molero
domingo, 27 julio 2008


( a esos inolvidables años, a lo que éramos)


Al primero se le recordará por el inmenso compás que hacía en primera, por la calidad con la que levantaba los piconazos, así, como si nada, también por su sensacional seguidilla de hits como emergente de lujo de Oakland en la Serie Mundial de 1972. Al segundo de ellos se evocará siempre por haber sido un pionero en las mayores, un baqueano en la prodigiosa siembra de buenos serpentineros que tenemos en la actualidad. El tercero de ellos fue protagonista de batallas épicas en el Universitario y en el José Bernardo Pérez de Valencia, pitcher de coraje, sapiencia y habilidad. El Salón de la Fama de Venezuela acaba de tomar la feliz decisión de albergar como huéspedes de la gloria deportiva a Gonzalo Márquez, Luis Leal y Luis Peñalver .Entre los tres se resume muy bien la calidad de nuestra pelota de los últimos 40 años.

No puede ser más merecida la distinción que representa el ser exaltados al Salón de la Fama, pues constituyeron eslabones valiosos de esa cadena que ha impulsado nuestro béisbol y que dicho sea de paso vive su edad de oro en grandes ligas en todas las posiciones del campo.

Gonzalo Márquez, el gran Carupanero, como dicen sus biógrafos no fue una estrella en el sentido elitesco del término, sino fue alguien sumamente útil, talentoso y trabajador, que es precisamente lo que debe esperarse de un buen jugador. Hay dos hechos que significaron hitos en su carrera : su actuación en la Serie del Caribe del 70 como refuerzo del Magallanes y su extraordinario aporte, como bateador emergente, al gallardete obtenido por Oakland en la Serie Mundial del 72 contra los legendarios Rojos de Cincinnati. Se decía en la prensa de la época que Sparky Anderson, manager Rojo, le había preguntado a David Concepción donde jugarle a Márquez, éste le dijo que cargado hacia tercera pues a Gonzalo le gustaba templar líneas hacia ese sector. Márquez en sus turnos al parecer leyó esa estrategia, pues sus combinaciones (se fue de 5-3 rn la Serie) pasaron bordeando el segundo saco.

¿Qué decir de Luis Leal ?. Leal no es el número de victorias (51) que obtuvo en grandes ligas, sino lo que significaba esa cifra en un país que desde el Patón Carrasquel, no había dado muestras palmarias de que podía llenar los montículos de la gran carpa . Leal, fue el precursor de una era que fue configurándose después con Wilson Alvarez, Freddy García, Kelvin Escobar, Johan Santana, Carlos Zambrano, Juan Carlos Pulido, El “Kid” Rodriguez y la nueva generación encarnada por Aníbal Sánchez, Félix Hernández, Armando Galarraga y Gustavo Chacín. Desde mayo de 1980, fecha en la cual se convirtió en el vigésimo octavo criollo en la mayores, estableció ese gran puente entre la gloria del primer pelotero (y pitcher) venezolano en las grandes ligas y la extraordinaria realidad que vivimos hoy con dos “Cy Young” en las vitrinas y dos “no hit no run” propinados.

Por su lado Luis Peñalver desperdigó durante 23 años talento, disciplina y corazón desde el montículo. Un gladiador de los diamantes y una inspiración para los peloteros más jóvenes. Luis detenta aún un record difícil de superar: es el serpentinero con más juego lanzados en la LBPV con 384. ¿Cómo olvidar que ante un lanzamiento de Luis Peñalver, Bob Darwing conectó aquel laberíntico batazo que hizo llenar de gloria a Víctor Davalillo e impulsó al Caracas a ganar el campeonato 1972-1973? Un buen amigo me refería una anécdota de Luis Peñalver , que bien vale la pena compartir : “Contaban que Luis antes de firmar al profesional tuvo una destacada labor en la pelota juvenil y doble A de la época , lo cual llamó la atención de los dueños del equipo Orientales luego transformados nuevamente en navegantes o filibusteros lo que es lo mismo que decir PIRATAS, en fin el caso es que se hicieron todos los arreglos para firmar a Peñalver al profesional y llegado el gran día de la firma que se había convenido en un bono de 20.000 bolívares , el dueño del equipo se presentó con la cantidad de 10.000 bolívares y le dijo a Peñalver que la otra mitad se la entregaría posteriormente , hecho ante el cual el pelotero procedió a estampar su firma y llamo la atención del directivo que solamente escribió el nombre sin colocar el apellido , el directivo le pregunta que cual era la razón que solamente firmaba con el nombre a lo que Peñalver le respondió que el apellido lo colocaría cuando le entregaran la otra mitad del bono . Bueno lo cierto es que al directivo no le quedó más remedio que buscar el resto del dinero”

A quitarse el sombrero frente a estos nuevos inmortales. De seguro Gonzalo lo hubiese disfrutado mucho entre nosotros.

Thommy Lasorda dijo una vez: “hay tres clases de peloteros: aquellos que hacen que las cosas pasen, los que ven lo que pasa y otros que se preguntan: “¿Qué pasa? “. Definitivamente estos tres inmortales pertenecían a la primera y única clase que importa.

jamedina11@gmail.com


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