“Creo que una hoja de hierba, no
es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso…”
Whitman
(Una hoja de hierba)
Un
líder es un camino y una motivación. Esa inconmensurable
dualidad impone al postulante a serlo una muy buena carga de
cualidades y destrezas. A todo esto, se agrega el coraje
talentoso para llevar a su sociedad a otros estadios de
progreso moral y material. Otra verdad: los países que en
verdad progresan y se empinan en las dificultades,
venciéndolas con arrojo, son aquellos con la fortuna y las
condiciones para contar con líderes verdaderos,
trascendentes, en sus diversas etapas de desarrollo.
Estos asertos vienen a colación, debido a la firma el 23 de
Enero pasado de un acuerdo nacional de las fuerzas
opositoras, respecto a las postulaciones al proceso
eleccionario a realizarse este año. Ello significó un paso
en la dirección adecuada, celebrado y aplaudido. No obstante
lo anterior y como se dice en matemáticas, ese pacto fue una
condición necesaria pero no suficiente. A ese gran paso hay
que sumar otro, otro que es vital. Nos referimos a un
profundo y descarnado análisis de la situación de las
regiones y estados, de forma de elaborar un plan específico
de soluciones posibles (las realizables) a ofertar al
electorado. Nos estamos refiriendo a un plan de trabajo
elaborado con base en la realidad de cada área. Un plan que
dignifique y enaltezca la labor de líderes, que quieren
encauzar al país por otro rumbo. A la par, sería una muestra
de profundización de la democracia, pues para su elaboración
se podrá (de seguro) contar con el concurso de las fuerzas
vivas de cada región, generando la motivación y la acción
participativa de la gente.
Sí las filas opositoras y los técnicos que en ellas militan,
junto a los respectivos abanderados, se embarcan en este
trascendente paso, no sólo irán conjurando los peligros que
se ciernen sobre la administración de la República, sino que
habrán dado una verdadera muestra de que tienen la hechura y
la voluntad de los líderes necesarios e idóneos. Como diría
el gran Conrad Adenauer: “Todos vivimos bajo el mismo techo,
pero no tenemos el mismo horizonte”.
jamedina11@gmail.com