( a su gran impronta en el
mundo)
“ Estamos atribulados en todo,
más no angustiados ;
en apuros , más no desesperados ..”
2da. De Corintios 4:8
Según sus biógrafos arriba a 90 años de edad. Lo importante
no ha sido la singularísima longevidad que le ha bendecido,
tampoco el haber ejercido la Presidencia de su país. Su
verdadera grandeza se gestó en la celda en la que estuvo
recluido durante más de veinte años. Su grandeza estriba en
haberse vencido así mismo. Durantes largas noches en lugar
de dejarse morder por el lobo hambriento del rencor, por la
hiena grotesca de la ira, prefirió construir en su alma un
país para todos. Victima de la dominación blanca, arrogante,
que humillaba y segregaba, que fabricaba guetos y excluidos,
no pagó con esa moneda indigna de las almas grandes. Mandela
prefirió pasar la página, pero no sin desconocer las
realidades y las dificultades. Alguien dijo una vez algo,
que aplicado a lo realizado por Nelson Mandela resulta
atinado: “un líder es aquel que crea espacios donde todos
queremos vivir”. No puede ser más cierto. Dejando de lado
los sentimientos más humanos, se conectó con la grandeza de
Dios para ofrecer a sus semejantes una realidad de justicia,
sin exclusiones, donde todos caben sin retaliaciones ni
vendettas
¿Se imaginan durante cuantas horas, viendo a través de los
barrotes de ese infamante calabozo, pensó en las estructuras
de justicia, democracia y Libertad que luego instauraría? .Mandela
es un ejemplo de tolerancia y claridad de propósitos, un
ejemplo que pudieran tomar aquellos aspirantes a estadistas,
sobre todo en latitudes donde impere el autoritarismo, la
segregación, los mensajes de odio y afanes de dominación
perpetuos.
90 años bien vividos, como espiga abierta a todos sus
congéneres, como ofenda de verdadero interés por el futuro
de sus compatriotas.
jamedina11@gmail.com