“Entre
siempre y jamás el rumbo el mundo oscilan
y ya que amor y odio
nos vuelven categóricos
pongamos etiquetas
de rutina y tanteo ..”
Mario Benedetti
Hace cuarenta años intereses
injustos, criminales y para nada progresistas (en el
sentido más humano posible) acabaron con la vida, que no
con las ideas, del Dr. Martín Luther King, él mismo que en
1963 había electrizado a su sociedad y al mundo con un
luminoso discurso: “Yo tengo un sueño”. Parafraseando esa
pieza única, cualquier habitante de esta dolida tierra
caribeña podría decir que luego de 178 años de estructura
republicana, el pobre sigue siendo pobre (en todos los
sentidos), la educación sigue siendo pésima ( no enseña a
pensar ni a empinarse como ciudadanos),la justicia sigue
siendo de los poderosos, los políticos siguen siendo
eficaces depredadores, la nación sigue sn horizontes, los
prohombre siguen recluidos en sus torres de marfil, los
opositores calculan y recalculan en sus mezquinos
intereses, los excluidos siguen siendo utilizados con cada
campaña, la esperanza sigue siendo vana, la rutina
alrededor del circulo vicioso de nuestras falencias sigue
siendo gravosa. La triste sensación de Sísifo, sigue
latente en los pocos que sueñan con un país mejor, la
salida al túnel de nuestros atrasos sigue siendo utópica.
La nada, salpicada de picardía y rapacidad, sigue siendo
nuestra divisa, la angustia nuestro lema. El pesimismo
nuestro aliento.
Pese a todo, debemos soñar y luchar por una nueva
realidad, por un país como el soñado por el Dr. King, con
una tierra, con un nuevo día donde: “todos
los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo
significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti
canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del
orgullo del peregrino...”
jamedina11@gmail.com