“Altos muros del
agua, torres altas,
aguas de pronto negras contra nada,
impenetrables, verdes, grises aguas,
aguas de pronto blancas, deslumbradas.”
Octavio Paz
Su
designación como reemplazo de Richard Páez (a quién nunca
podremos agradecerle completamente, el haber llevado el
fútbol nacional de triste cenicienta a selección con
apariencia un tanto respetable) ha levantado todo tipo de
reacciones: algunas, apuntan hacia su relativa
inexperiencia, lo que podría conducirle a una serie de
yerros que retrotraigan a la vinotinto a otras etapas.
Otras, se decantan por creer que César Farias puede generar
un punto de inflexión positivo en el equipo nacional, ello
por su idónea formación teórica. Sea cual sea la resultante
de esta designación, el reto que tiene por delante César
Farías es colosal. A su favor, una puntaje medianamente
aceptable en lo que va de eliminatorias para Sudáfrica 2010
y el apoyo de la Federación.
En el corto
plazo, César Farías debería atacar con denuedo dos aspectos:
la inconsistencia que partido a partido se observa en el
seleccionado, pasando de un cotejo solvente a otro de un
mediocampo desarticulado. El otro factor, tiene mucho que
ver con la condición física de los jugadores: al mediar los
tres cuartos de partido se les nota sin fuelle, agotados en
extremo. De lograr subsanar, en la medida de lo posible,
estos elementos podría haber una auspiciosa continuación de
la eliminatoria mundialista. La tarea no es nada fácil, no
por el grupo a dirigir, realmente cohesionado y con mística
y confianza en sus habilidades, sino por el sinfín de
carencias del fútbol del patio. Por esa pléyade de
necesidades de formación de nuevos cuadros generacionales.
Allí debe apuntar un plan nacional de mediano y largo
plazo, que sea coordinado desde las más altas esferas del
Ministerio de Educación y Deportes, desde las directivas de
los clubes. Apuntalar el futuro de este deporte, que poco a
poco hemos ido haciendo nuestro, como herencia de tantos
inmigrantes que decidieron habitar junto a nosotros en esta
tierra de gracia y de injustas situaciones.
El tiempo, que
como dice la afamada canción es implacable, irá mostrando
hacia donde se dirigirá este proceso, por lo pronto debemos
desear a Farías suerte con sus retos, sobre todo en los
partidos que comenzarán a realizarse a partir de Junio. Una
buena arrancada le brindaría sin duda el clima adecuado para
profundizar sus planes futuros.
Veremos.
jamedina11@gmail.com