por
José
Alberto
Medina
Molero
sábado,
3 mayo
2008
Ser
el actual (y décimo cuarto reconocido por la “FIDE” en toda
su historia) Campeón Mundial de ajedrez, no define del todo
a este excepcional jugador de la India. Tampoco el haber
sido el primer jugador de esas tierras en convertirse en
Gran Maestro Internacional (1984). Lo define cabalmente un
comentario que de él han sabido sintetizar los expertos: “es
el jugador, no nacido en Rusia más fuerte desde los tiempos
de Bobby Fischer”. No es poca cosa este concepto, que se
tiene de su “rápido, pero profundo juego”.
El ya no tan joven ajedrecista (cumplirá 39 años en
Diciembre), se ha convertido a lo largo de los últimos tres
lustros en heredero de Karpov y de Kasparov, a los que ha
vencido en algunos torneos ( en 1991 ganó el “Reggio Emilia,
compitiendo contra esos consagrados del deporte ciencia ).
Su encumbramiento vino a partir del año 2003, cuando la
“FIDE” (Federación Internacional de Ajedrez) organizó un
campeonato mundial de “partidas rápidas”, en el torneo un
deslumbrante Anand, superó a los doce mejores jugadores del
mundo. Lamentablemente Kasparov no acudió a este certamen, a
fin de dilucidar la supremacía en esa especialidad (aunque
existió un antecedente en el match que sostuvieron en 1995,
donde cayó 10.5-7.5 frente a Gary Kasparov en un torneo por
el Campeonato Mundial de orden clásico). La cúspide del
triunfo de Anand se dio en Septiembre del pasado año. En
Ciudad de México, se ciñó la Corona del Ajedrez Mundial,
superando por un punto a Boris Gelfand, y a un jugador
frente al cual defenderá su título en Alemania el próximo
mes de Octubre: Vladimir Kramnik (32 años), un retador de
cuidado y que sin duda aderezará con mucha pimienta, el
match a doce partidas a escenificarse en el Palacio Federal
de Artes y Exposiciones de Bonn.
¿Cómo ha hecho este ajedrecista, salido de las exóticas
tierras de Ghandi, para en la última década haberse
mantenido entre los cinco mejores jugadores del mundo?. El
talento y la motivación influyen hasta cierto término, pero
¿cómo explicar, que aún a su relativamente avanzada edad
ajedrecística esté brindando sus mejores frutos en este
exigente y demoledor deporte de sesos, constancia y cordura?