(a Joaquín Marques Graca)
“Cansa esa niebla redonda
que bordea la vida a diario
esa sonrisa azul de los adioses…”
Santiago Aaron
Esta
semana se cumplen 175 años del deceso del último de los
hombres de conocimiento universal: Johan Wolfang Von Goethe,
descendiente directo de creadores como Leonardo da Vinci. Un
personaje que, fue testigo de las grandes transformaciones
del mundo de finales del siglo XVIII, contemporáneo de
Bolívar, Bonaparte, George Washington, Alejandro De Humboltd,
Simón Rodríguez , Andrés Bello. Nacido en Frankfurt el 28 de
agosto de 1749, dedicó su vida a interpretar su época, pudo
además de estudiar las grandes transformaciones políticas,
productos de las revoluciones, avizorar ( y alertar) el paso
a un mundo nuevo desde el punto de vista económico,
representado por la revolución industrial. Fue un personaje
de su época pero al propio tiempo, dada su inmensa capacidad
intelectual, un adelantado a ella.
Lo que para Shakespeare significa “Hamlet”, y para el
glorioso manco de Lepanto, “El Quijote” , en Goethe lo
condensa “Fausto”, su obra cumbre e imperecedera, pero lo
mismo que incursionaba en la política y en la literatura
(poesía y novelística) lo hacía en la ciencia a través de la
biología ( a la que lega la primera historia comprensiva de
la ciencia con su volumen titulado Zur Farbenlehre ). Aunque
según sus biógrafos todas estas disciplinas eran una para
él, por lo que se deduce que habitaban armoniosamente en su
mente, para discurrir y mezclarlas con sabiduría y erudición
y así producir hacia sus semejantes los frutos valiosos que
dio .
Su genio, le permitió ser precursor de varias tendencias, en
particular de la novela romántica. Su novela "Las
desventuras del joven Werther”, transformó el género y abrió
las puertas a otra realidad de expresión.
Sin Goethe, sin su despierta y resuelta presencia, habría
sido más difícil interpretar el parto de la historia, ese
corredor sigiloso que de cuando en cuando se abre, para
proyectar una realidad ( no siempre de evolución ) nueva y
desconcertante.
¿ Encontraremos en momentos tan confusos como los presentes,
interpretes que,como Goethe, nos alumbren estas alucinantes
veredas que chocan contra nuestras certezas y aturdimientos
?
jamedina11@gmail.com