Los dos primero adjetivos del título de esta nota, los dibujó en la rueda de prensa el Técnico venezolano, Richard Páez, el tercero lo plasmó en su análisis la prensa argentina.

Luego del 0-2 del “Pachencho Romero”. Los tres adjetivos son correctos y legítimos para proponer una definición del balompié, los tres se acercan como un zumbido a la realidad desnuda. Es una oncena digna (sobre todo de nuestra admiración sin regateos, sin mezquindades) y caliente, aguerrida que ya no se apelotona atrás para resistir con estoicismo humillante las arremetidas de las grandes selecciones. Busca el partido, juega con un alegre y contagiante desenfado, práctica la irreverencia con donaire. Acomete ataques con fiereza, sin patadones, combinando, tocando balón, peleando pelotas en todos los rincones.

La otra cara de la moneda se inscribe dentro de la incómoda sensación, que embarga al fanático venezolano al presenciar el partido con equipos como Brasil y Argentina, fichas puestas para el Mundial de Sudáfrica 2010, y que tienen el trámite de medirse con las otras 8 selecciones y en particular con las de menor nivel futbolístico. Al avanzar los minutos del cotejo vemos como imperturbablemente la técnica del rival para licuando las muestras de valentía, tenacidad, ganas y pundonor de la vinotinto. Somos testigos del desnivel, pese a que no terminaremos de repetir lo ya sabido: hemos avanzado en seis años desde la edad de las cavernas a una especie de edad media (un avance de más de 80 escalones en la clasificación de la FIFA), un salto cuántico de enorme valor futbolístico. Ya no somos los tres puntos fáciles, los goleables. EL Cuento de la Cenicienta ya no prende en nosotros. Así como reconocemos este proyecto, debemos reconocer lo igualmente obvio: necesitamos dar otro salto cuántico, más ambicioso, de enormes proporciones. Para ello de seguro emplearemos más tiempo, mucho más. Ameritará de un diagnóstico que permite trazar planes de mediano y largo plazo, planes que construyan la cantera de donde saltarán desde el fútbol infantil los futuros integrantes de la vinotinto, planes que reconnstruyan la maltrecha y muchas veces inoperante Federación Venezolana de Fútbol.

Hay que trazar el plan que haga imposible el tercero de los adjetivos.

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