“El
ojo de la aguja no impidió
el paso de la aguja
encorvándose se hizo
Tiempo”
Abraham Salloum Bitar
En
los setenta, como muchachos que éramos, seguíamos con
pasión las trasmisiones radiales del béisbol, con un pequeño
artefacto pegado a la oreja en esas esquinas caraqueñas de
siempre, en la Avenida Panteón, en la Plaza La Estrella,
donde fuera, su inconfundible voz nos alimentaba la fiebre
de la pelota, esos comentarios breves, precisos, alfilerazos
en los oídos asombrados del fanático, las muletillas que
repetía para recalcar sus punzantes observaciones, que como
líneas hacia los jardines, sentíamos desprenderse desde el
receptor adherido al tímpano. Esa sabrosa combinación que
hizo con Delio Amado León, y esa frase inolvidable para los
devorados por la expectación, que pendíamos de un hilo de
voz: “Efectivamente Delio”.
Ese magnífico comentarista deportivo que se llamó Carlos
González, fue finalmente justipreciado con su exaltación al
Templo de los inmortales del béisbol venezolano. Qué mejor
forma de reconocer la excelencia de este gran comunicador,
que además incursionó en la TV con gran éxito, y también en
el periodismo escrito, fundando periódicos de la calidad e
importancia de “Meridiano” ,”El Globo” y la legendaria
revista “Sport Gráfico”.
El
gran Dámaso Blanco, en una entrevista concedida a
“Meridiano” recientemente refería: “Carlitos González, quien
estaba oyendo mis comentarios dijo: "Yo sabía que serías mi
sucesor" y yo le respondí que no podía esperar que él
anduviera en muletas… Luego, Carlitos me invitó a Maracay e
hice los comentarios del partido y los periodistas
escribieron muy bien sobre el asunto". Así era de generoso y
desprendido Carlitos, toda una institución del deporte
venezolano, y el primero de los grandes comentaristas
deportivos en una tierra en la que los grandes ídolos eran
los narradores como Pancho Pepe Cróquer, Delio Amado León y
Carlos Tovar Bracho.
En
nuestros recuerdos, estarán siempre sus giros, chanzas y
serpenteantes frases, con las que describía lo que había
pasado y lo que indefectiblemente estaba por pasar.
Ahora (aunque extraoficialmente ya lo era) Carlitos es
inmortal.
jamedina11@gmail.com