La
frase que titula esta apretada nota me la dijo un amigo, al
resumir lo que aconteció ayer en el engramado del “Pachencho
Romero” de Maracaibo.
La lógica indicaba que
Argentina, sería el Campeón de la “sui generis” Copa América
montada en nuestro país. La intuición y ese íntimo gusto que
tenemos por la Canarinha, desde los tiempos del gran Pelé,
nos decantaban por Brasil. Pero al igual que sucedió en la
Serie Mundial del pasado año, en la que Detroit se presentó
ungido como campeón en ciernes, Argentina no contó con el
peso y el pundonor de la camiseta verdeamerela .
¿Cómo un equipo como el gaucho, pletórico de figuras como
Messí, Tévez, Macherano, Riquelme, Zaneti, Ayala, Verón, y
muchos más, vivió una tarde tan gris, ante un seleccionado
con historia pero sin figuras , a excepción de Robinho ?.
Probablemente la respuesta esté
en los esquivo, caprichoso y redondo del balón. Tal vez la
contesta se encuentre en el oficio, y en aquello de que nada
puede darse por descontado desde tiempos antiguos, cuando el
gigantesco Goliat fue derribado en las praderas hebreas,
contra todos los pronósticos.
Y con esto no quiero comparar a
Brasil con David, pero sí significar que dadas las
demostraciones en esta copa lucía temporalmente como tal.
! Honra al vencido, gloria al vencedor ¡
jamedina11@gmail.com