Una
porción nada despreciable de los fanáticos del béisbol,
censuraron la forma en la que Barry Bonds desplazó del
sitial de honor de los Jonroneros de todos los tiempos al
inmortal Hank Aaron, básicamente por su más que presunto
consumo de esteroides, para mejorar su rendimiento en el
juego y hacer crecer su cuerpo más allá de toda medida
posible y lógica. Ahora, el informe del senador George
Mitchell promete no dejar maromero con cabeza.
Luego de casi dos años de investigación, la pólvora que
recubre las páginas del voluminoso informe, ha comenzado su
onda de expansión y rebela nombres, hasta ahora considerados
intocables de toda sospecha entre los peloteros activos:
Roger Clemens,, Andy Pettitte, Gary Sheffield, Paul Lo Duca,
así como de otros de peloteros ya retirados como David
Justice , Mo Vaughn y Kevin Brown. Estos peloteros de unen
al grupo de jugadores indiciados en el consumo de la
Tetrahidrogestrinona ( THG) conformado por Jason Giambi,
Rafael Palmeiro, Mark McGwire , Sammy Sosa y el propio Barry
Bonds.
El informe Mitchell está desatando un terremoto en toda la
estructura de las grandes ligas, A ciencia cierta, no se
saben los efectos colaterales de este escándalo. ¿Servirá
para adecentar el juego en forma raigal, despojándolo de esa
permisiva manera de controlar las desviaciones en nombre del
espectáculo y las ganancias o será paliado, reduciendo su
fuerza como ocurre muchas veces con la tormentas que azotan
el caribe? Por el bien del deporte esperemos que ocurra lo
primero.
Lo lamentable, viéndolo desde el punto de vista del fanático
y no de las autoridades, es constatar como se desdibuja la
admiración que se siente por estas estrellas y sus marcas,
las cuales siempre estarán asociadas a la duda, a la trampa
legal (pues muchos de ellos consumieron la THG cuando aún no
estaba proscrita en el béisbol pero si en deportes como el
atletismo). Parece insólito que luego de lo acontecido en el
atletismo con los casos de Ben Johnson, Florence Griffith-Joyner
y Marion Jones , se hubiese incurrido por un afñan desmedido
de dinero y supuesta gloria en estos masivos consumos.
Es vergonzoso y triste. Afortunadamente no son muchos los
peloteros que acudieron a estas sustancias para potenciarse.
Afortunadamente son una minoría, por suerte hay otros
jugadores a los que seguir admirando.
jamedina11@gmail.com