(A Vitico, a los 44 años
de su debut en las Mayores)
“No le teme a la sombra,
allí se mantiene incólume.
No menoscaba su sitio
porque no juzga,
otro es su oficio…”
Diego Arroyo
Dos
imágenes asaltan, cuando se evoca la figura de Víctor
Davalillo (Cabimas Edo. Zulia 1939), ese superversátil
pelotero venezolano. Ambas, se complementan y hablan de esa
inusual calidad que tuvo como Pelotero: la primera, se da en
el estadium “Luis Aparicio” de Maracaibo, en la final
Caracas-Zulia de 1973(un diario deportivo, la inmortalizó en
una gráfica a toda página( tomada por el fotógrafo Amilcar
Buznego),a manera de portada de la edición del día
siguiente), de entre los tubos de la zona de seguridad del
jardín central, como un coloso volador y con un guante
enorme (tan enorme como el engarce ), inmenso, decapita un
soberbio cuadrangular del norteamericano Bob Darwin, quien
esa temporada jugó para Las Aguilas . Cuando la bola
abandonaba triunfante el parque, el vuelo de este
excepcional jugador le dio alcance ¡para ser un out de
feria! La otra, se da en grandes ligas, durante una serie
divisional, en el parque de los Orioles. Jim Palmer, ese
formidable ganador de 268 juegos de temporada regular y 7 en
postemporada, se enfrenta a Víctor, llamado en calidad de
emergente. En conteo de 3 y 2, y después de haber bregado su
turno con ahínco y paciencia, Vitico le da una línea que
baña al jardinero derecho, convirtiéndose en doble
impulsador de carreras, para darle la victoria a los
Atléticos de Oakland.
Tampoco escapa a la huidiza memoria, la letal combinación
que hizo con el no menos versátil (en verdad este adjetivo
fue creado para el béisbol, y muy en especial para estas dos
figuras) César Tovar. Cuando esta dupla, por ejemplo, se
ensambló con Tom Grieve y Pete Köegel, por allá a comienzos
de los 70, el efecto en los contrarios de los Leones del
Caracas, era más que demoledor.
Vítico en grandes ligas, fue dada esa mencionada
versatilidad, un gran “utility” (en 1964, ganó por sus
grandes condiciones de fildeador el guante de Oro como “outfield”)
. Fue el hombre de confianza en jugadas de toque, de
“dormir” la bola, y de custodiar los jardines para el gran
Tom Lasorda con los Dodgers, y también para Dick Williams
con Oakland. Estuvo Vitico con los Piratas, durante la ya
mítica Serie mundial del 71, en ese año tuvo el honor de
reemplazar como corredor en la segunda base a Roberto
Clemente, cuando esté dio su hit 3000 (un doblete) , que a
la postre sería el último de su brillante carrera.
En la Liga de Béisbol de Venezuela, Víctor lo ha hecho todo.
Se mantiene como el mayor hiteador con 1505 imparables,
siendo además líder absoluto en turnos legales (4626) , en
temporadas con 30 y en partidos jugados con 1286. Davalillo,
mantiene también una marca difícil de superar: es el único
pelotero venezolano, con mil o más hits en las ligas de
México, EEUU y Venezuela.
En lo personal (además de todo lo anterior) , recordaré
siempre a Vitico como “pitcher ocasional” del Caracas, cosa
que hacía muy bien. En esas oportunidades, Pompeyo, su
hermano, quien a la sazón era manager de Los Leones, pedía
al zurdo, éste inmediatamente venía de los jardines a pintar
strikes, como si fuese una tarea rutinaria de su labor
peloteril. ¿Qué más puede pedirse, a un fuera de serie del
béisbol como lo fue y lo seguirá siendo, en nuestro
repertorio de vivencias el gran Vitico Davalillo?
jamedina11@gmail.com