( A Rebeca )
“ Un gran viaje nos atemoriza
celebra en nuestros nervios
el deseo de huir hacia todo.
Nos desnuda y nos canta con
Navajas azules desde
El paisaje”
Pepe Berroeta. “ Gran Viaje”
“ En esta noche sola
de verano
fluye en mi corazón
un suave acorde de palabras”
Ana María de La Re
Aún
cuando muchos diferimos de sus preferencias políticas, no
deja de ser admirable la maravillosa construcción de sus
relatos, esa Latinoamérica mágica llevada a palabras y
tamizada en las hojas de galeones varados, en las más
inescrutables selvas de este trópico. El próximo 6 de Marzo,
sí así lo permite el gran creador, Gabriel García Márquez,
arribará a la provecta edad de 80 años.
El “Gabo”, como también se le conoce, en su largo periplo ha
incursionado con virtud y talento, en tres importantes
áreas: la narrativa, el periodismo y el cine. En todas
ellas, lo ha bañado la notoriedad, muy probablemente
alumbrada con firmeza por su obra novelística, sus cuentos y
el Premio de Estocolmo, que jalonaron estas creaciones.
Siendo en la Literatura su mayor logro, el haber acercado a
las letras con estilo, al ciudadano común. Antes de su
celebrada “Cien años de Soledad”, eso de la alta escritura
era sólo para escogidos, y no es que ahora, las grandes
mayorías hayan variado sus hábitos, sino que una cantidad
mayor, una “gran minoría”, reclutada a través de la obra de
García Márquez, se ha venido adentrando en los
complicadamente amenos caminos de los relatos.
Su particular y llana forma de narrar, sin afeites pero con
elegancia, inundan los ojos y el gusto del lector. Su prosa,
por así escribirlo, flota ante nosotros como las mariposas
amarillas de Mauricio Babilonia, como Remedios, La bella en
su inesperada asunción, como levitaba el anciano párroco en
la tardes calurosas de Macondo, o como la niña a la que le
seguía creciendo la hermosa cabellera, después de cuarenta
años de sepultada en un nicho de Iglesia. Son imágenes tan
vividamente expresadas, que su tránsito al cine era solo un
acto de formalidad. He aquí, para recordar esa prosa y
homenajear al Gabo , un breve párrafo de su obra mayor:
“El Coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos
levantamientos armados y los perdió todos. Tuvo diecisiete
hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron
exterminados uno tras otro…aunque peleó siempre al frente de
sus hombre, la única herida que recibió se la produjo él
mismo después de firmar la capitulación de Neerlandia que
puso término a casi veinte años de guerras civiles. Se
disparó un tiro de pistola en el pecho y el proyectil le
salió por la espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo
único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre en
Macondo. Sin embargo, según declaró pocos años antes de
morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada en que
se fue con sus veintiún hombres a reunirse con las fuerzas
del general Victorino Medina. “
Parafraseando el nombre del primer volumen de sus memorias,
para título de este artículo, con sobrada razón puede
afirmarse, que Gabriel García Márquez ha vivido para
contarla
jamedina11@gmail.com