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Ha vivido para contarla
por José Alberto Medina Molero
lunes, 5 marzo 2007


( A Rebeca )

“ Un gran viaje nos atemoriza
celebra en nuestros nervios
el deseo de huir hacia todo.
Nos desnuda y nos canta con
Navajas azules desde
El paisaje”
Pepe Berroeta. “ Gran Viaje”


“ En esta noche sola
de verano
fluye en mi corazón
un suave acorde de palabras”
Ana María de La Re
 

Aún cuando muchos diferimos de sus preferencias políticas, no deja de ser admirable la maravillosa construcción de sus relatos, esa Latinoamérica mágica llevada a palabras y tamizada en las hojas de galeones varados, en las más inescrutables selvas de este trópico. El próximo 6 de Marzo, sí así lo permite el gran creador, Gabriel García Márquez, arribará a la provecta edad de 80 años.

El “Gabo”, como también se le conoce, en su largo periplo ha incursionado con virtud y talento, en tres importantes áreas: la narrativa, el periodismo y el cine. En todas ellas, lo ha bañado la notoriedad, muy probablemente alumbrada con firmeza por su obra novelística, sus cuentos y el Premio de Estocolmo, que jalonaron estas creaciones. Siendo en la Literatura su mayor logro, el haber acercado a las letras con estilo, al ciudadano común. Antes de su celebrada “Cien años de Soledad”, eso de la alta escritura era sólo para escogidos, y no es que ahora, las grandes mayorías hayan variado sus hábitos, sino que una cantidad mayor, una “gran minoría”, reclutada a través de la obra de García Márquez, se ha venido adentrando en los complicadamente amenos caminos de los relatos.

Su particular y llana forma de narrar, sin afeites pero con elegancia, inundan los ojos y el gusto del lector. Su prosa, por así escribirlo, flota ante nosotros como las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia, como Remedios, La bella en su inesperada asunción, como levitaba el anciano párroco en la tardes calurosas de Macondo, o como la niña a la que le seguía creciendo la hermosa cabellera, después de cuarenta años de sepultada en un nicho de Iglesia. Son imágenes tan vividamente expresadas, que su tránsito al cine era solo un acto de formalidad. He aquí, para recordar esa prosa y homenajear al Gabo , un breve párrafo de su obra mayor:

“El Coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro…aunque peleó siempre al frente de sus hombre, la única herida que recibió se la produjo él mismo después de firmar la capitulación de Neerlandia que puso término a casi veinte años de guerras civiles. Se disparó un tiro de pistola en el pecho y el proyectil le salió por la espalda sin lastimar ningún centro vital. Lo único que quedó de todo eso fue una calle con su nombre en Macondo. Sin embargo, según declaró pocos años antes de morir de viejo, ni siquiera eso esperaba la madrugada en que se fue con sus veintiún hombres a reunirse con las fuerzas del general Victorino Medina. “

Parafraseando el nombre del primer volumen de sus memorias, para título de este artículo, con sobrada razón puede afirmarse, que Gabriel García Márquez ha vivido para contarla
 

jamedina11@gmail.com


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