Tras nueve años de querer militarizar el país e ideologizar las Fuerzas Armadas podemos afirmar con satisfacción y orgullo que el despropósito no se ha materializado como lo hubiesen deseado.

Hay militares en algunas instancias del ejecutivo pero sus nombramientos se han hecho en base a su fidelidad al comandante en jefe. También hay civiles en posiciones claves, pero para infortunio de la patria ni aquellos ni estos están capacitados y llevan la impronta de un fuerte resentimiento social contra el pueblo por no haberlos apoyado en el pasado.

El resultado está a la vista, El gobierno continúa sin resolver los problemas fundamentales de la población. ¿Por qué, nos preguntamos, el gobierno ha sido tan inepto? La explicación, se encuentra en que lo militares no están preparados para funciones civiles de gobierno por su mentalidad de ordene y mande. Y cuando se coloca a civiles con ideología intolerante en funciones de gobernar ocurre algo similar, pues quieren a toda costa imponer sus criterios y el consenso tan necesario para el buen gobierno, queda rechazado de plano.

A los que no comparten el propósito socialista se les excluye y se crea un bochornoso apartheid. Ahí están las listas Tascón y Maisanta como una afrenta a la igualdad y la fraternidad. Un país dividido entre adeptos y enemigos es ingobernable, pues no se aprovecha el aporte necesario de todos.

El 4F del 92 el país se salvó de caer en manos de militares ideologizados que habrían instaurado una dictadura de izquierda. Hoy estos autoritarios, desprecian su origen democrático, porque representa una gran limitante a sus arbitrariedades.

La república cuartel, no puede funcionar por su propia contradicción, la república son instituciones y personas libres que disienten, el cuartel es disciplina y obediencia. Confiamos que la cultura democrática del venezolano cultivada por años supere esta coyuntura y volvamos a ser un solo pueblo con idéntico destino.

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