Mala
Consejera por
Juan
Antonio
Muller
martes, 4
diciembre
2007
Las
expresiones destempladas a las que nos tiene acostumbrado
Hugo Chávez, son parte de su desmedida soberbia y
menosprecio para con los demás. Su cadena televisiva de la
madrugada intentando explicar porqué había aceptado la
derrota, después de cinco largas horas, dan fe de un ego
desordenado.
Un verdadero demócrata hubiese reconocido la derrota con
humildad y aprovechado la ocasión para hacer un llamado a la
conciliación nacional. Pero no, lo expresado por el
mandatario, muestra al hombre enfermo de poder, simulando
respeto, cuando en realidad ofende y se denigra a si mismo.
Su afirmación que la propuesta rechazada se pospone por
ahora, es una bofetada a la voluntad popular que con el no y
la abstención envió un claro mensaje que no aceptaba la
reelección indefinida ni el estado socialista.
Sus palabras auguran nuevas confrontaciones, pues la
soberbia como reza el adagio popular, termina siendo mala
consejera. Quizás sea oportuno hacer un llamado a algún
colaborador cercano, que se atreva a pedirle prudencia.
El pueblo demostró que no desea la violencia y prefiere las
salidas pacíficas para resolver conflictos. Deje a un lado
las amenazas a la Iglesia y a los comercios, escuelas y
clínicas privadas y dedíquese a resolver los problemas de
inseguridad ciudadana y a mejorar los sistemas públicos de
educación y de salud.
Las ofensas a las autoridades colombianas, españolas y
americanas crea desasosiego pues afecta el comercio
binacional y con ello a más de un millón de empleos
productivos.
Pero también el pueblo exige que se le tome prioritariamente
en cuenta. Ocúpese de trabajar por sus conciudadanos
llamando a los empresarios a trabajar conjuntamente con el
gobierno para resolver el desabastecimiento y el alto costo
de la vida.
Un último consejo, aproveche los camiones de aseo urbano de
municipios capitalinos eficientes y arroje en ellos su
soberbia que tanto perjudica al pueblo venezolano.