Izquierda Latinoamericana
Por
Rafael Caldera

A
juzgar por la política
de actualidad, ha tomado presencia importante
el fenómeno de la izquierda en los países de América. El triunfo de
Tabaré en Uruguay, después del de Lula en Brasil, pareciera indicar
una
tendencia favorable hacia las tendencias de izquierda. La elección
de
Tabaré Vásquez era esperada desde hace tiempo. Hace 20 años tenía el
primer punto de popularidad. Para derrotarlo tuvieron que unirse los
partidos colorado y blanco y salieron figuras extraordinarias. En
cuanto a
Lula Da Silva, había participado en varias elecciones en las cuales
quedaba segundo, lo que lo llevó a sustituir a una personalidad
extraordinaria como Fernando Enrique Cardoso. En Chile se necesitó
el derrocamiento de Pinochet, que dio lugar a la alianza que ha
dominado y que tiene como credencial el haber colocado a Chile en el
primer puesto en los
indicadores sociales y económicos de América Latina.
Lula Da Silva ha demostrado que no es una izquierda loca. Desde que
comenzó, sostiene los principios pero busca la unidad de los pueblos
del Continente. Se preocupa por llevar las mejores relaciones con
Estados Unidos, lo que constituye un distintivo muy importante en la
clasificación de los gobiernos en la actualidad.
Las primeras declaraciones de Tabaré Vásquez tampoco están dentro
del
espíritu de corta-cabezas que ha caracterizado la literatura de los
partidos izquierdistas. No sería raro que dentro de poco tiempo
tuviéramos
una noticia de manifestaciones populares movidas por la izquierda
extrema contra Tabaré por considerar que no ha sido fiel a la
promesa. Pero
lo que sucede es que una cosa es la literatura en un acto político
para
una masa de gente empobrecida y otra tomar posición de
responsabilidad
en el gobierno. Como poco ejemplar puede señalarse la conducta de
parte
de Hugo Chávez Frías, quien llegó como gran líder democrático y se
presenta como un líder de la extrema izquierda de América Latina.
¿Con qué resultado?
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