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El
catolicismo celebra el 28 de diciembre el Día de los Inocentes. Dentro del
calendario convencional adoptado por la Iglesia, se conmemora en esa fecha el
degüello masivo de los niños, supuestamente ordenado por Herodes el Grande,
rey de Judea, quien, advertido por los Reyes Magos de que había nacido el
Mesías, a quien llamaban Rey de los Judíos, y suponiendo que este, no sólo
estaba destinado a destronarlo, sino también a desplazar a quienes detentaban
el poder, ordenó que se matase a todos los niños menores de dos años,
creyendo que de ese modo el pequeño Jesús no se salvaría. Pero José, padre
de Jesús, fue a su vez advertido en un sueño del peligro que corría, y huyó
con María y el niño a Egipto, donde permanecieron hasta la muerte de Herodes,
lo que les permitió regresar a Judea.
En la evolución del idioma el vocablo inocente ha adquirido diversos
significados. Uno de ellos, por supuesto, lo relaciona con la infancia y con los
niños, como lo registra el DRAE en la 5ª acepción de dicha palabra: ³5.
Dicho de un niño: Que no ha llegado a la edad de discreción². En su denotación
primigenia inocente es el que está libre de culpa en algo de que se le acusa, y
de allí que se aplique a los niños, porque la culpa supone una
conciencia pecadora que hasta
cierta edad no aparece en el ser humano. Cobarruvias lo dice con su habitual
donosura: ³Inocente. (Š) Vulgarmente el que está sin culpa en lo que se le
imputa; y a los niños llamamos inocentes, porque no hazen mal a nadie. Ni más
ni menos a los simples, por carecer de malicia. Estar inocente de una cosa, no
aver venido hasta entonces a su noticia². Esta definición se completa con la
del vocablo inocencia: ³estado de inocencia, el de nuestros primeros padres en
el parayso terrenal, antes de que pecasen; inocentemente, simplemente y sin
malicia². (Tesoro de la Lengua Castellana o Española).
Inocente, según el DRAE, es también una acción o comportamiento propio de una
persona inocente: ³Fue algo inocente de su parte². Igualmente se califica de
inocente a un sujeto ³cándido, sin malicia, fácil de engañar², y, en
general, a la persona o cosa ³que no daña, que no es nocivo². E incluso al
que ignora algo: ³Yo estaba inocente de esoŠ²
En lenguaje familiar suele calificarse de inocente a la persona ingenua,
demasiado buena, incapaz de actos deshonestos o malvados. Muchas veces se usa el
vocablo con sentido irónico, para referirnos, no a la persona que realmente lo
es, sino al que aparenta serlo, al que cubre con supuestas buenas intenciones
una mala acción: ³El muy inocente, se fue calladito, como quien no quiebra un
plato, y se llevó hasta las jaboneras de los baños².
En Venezuela existe, aunque bastante disminuida, la vieja tradición de hacer
caer a la gente por inocente, el 28 de diciembre. Antes era mucho más común, y
a veces se hacían bromas muy pesadas con ese motivo. El juego consiste en hacer
creer a la gente una noticia impactante, y luego se descubre que es falsa.
Inocente, por último, suele usarse como nombre propio de varón.
Inocente es voz de origen latino, derivada de innocens, innocentis. Esta, a su
vez, es palabra compuesta, con el prefijo privativo in- y el adjetivo nocens,
tis, que significa dañoso, nocivo, perjudicial, funesto. De modo que innocentis
literalmente significa lo que no es nocivo. Antiguamente en nuestro idioma
se pronunciaba y escribía con doble n: innocente, innocencia, formas que el
DRAE aún registra en su última edición, como desusadas.
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