Varios
medios de prensa y círculos políticos del mundo advirtieron sobre la tragedia de
Haití - un golpe para la democracia continental -, porque los rebeldes
opositores del presidente Aristide estaban mezclados con personajes de negro y
sangriento pasado, y, sin embargo, en otra acción dudosa de política exterior,
el presidente Bush prácticamente entregó el poder en bandeja a un grupo de
matones que su propio secretario de estado calificó de “thugs”, palabra
Inglesa de origen indostánico que sirve para calificar a los delincuentes de la
peor calaña.
Y ahora que, entre gallos y medianoche
el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la intervención de una fuerza
pacificadora con tropas de EE.UU., Canadá y Francia, solo ésta fuerza
internacional podrá impedir que se instale en el poder en Puerto Príncipe un
grupo de individuos de una catadura tal que tiene lazos de negocios con las
mafias de la droga que operan desde Colombia. Ya éste domingo, el Washington
Post publicó una lista con lo nombres de estos matones,
y sus nexos con la droga,
en general ex militares haitianos.
De hecho, Washington acusó ya al propio
Aristide de haber aprovechado al permitir que barcos cargados de droga
procedente de Colombia que llevaban a las costas norteamericanas, recalaran en
puertos haitianos para eludir a los guardacostas de USA.
“Late, as usual” (tarde, como ya
es usual), comentó el principal pre-candidato demócrata John Kerry, mientras que
el senador John Edwards, también aspirante a la silla de la Casa Blanca dijo que
“Bush ignoró Haití, así como ha ignorado a todo el hemisferio americano’.
O quizás no. Este desplazamiento rápido
de tropas aerotransportadas la noche del Domingo en aviones "globemaster"
sea el comienzo de una presencia norteamericana en el patio trasero, al estilo
Bush.
|