La campaña electoral de Chávez comenzó hace ya rato de manera extraoficial; lo sucedido en Globovisión el pasado viernes fue una suerte de presentación a la prensa, un lanzamiento oficial de su campaña y paradójicamente fue un medio de comunicación el que pagó los platos rotos.

Así es, estamos en campaña electoral y quien dice campaña dice elecciones, y quien dice elecciones dice democracia. Claro, dirán ustedes que hay democracias menos virulentas y menos explosivas. Pero no nos hagamos los suizos, y que nadie caiga por desprevenido; no olvidemos la virulencia y pirotecnia del candidato Chávez en el 98 cuando, por citar un ejemplo, hablaba de freir cabezas.

Muchos de quienes le aportaron al Chávez del 98; dinero, ideas, aviones, partidos políticos, espacios televisivos y radiales, titulares de prensa y un sin fin de jaladeras - esfuerzos por cierto en nada retribuidos - esos personajes en su mayoría, han pasado a formar parte de las filas de la oposición, algunos hasta son altos dirigentes de la CD.

Hecha ésta constatación, podríamos deducir, que estos recién llegados, podrían ser útiles – como Miquilena quien llegó a Globovisión casi que al mismo tiempo que la gente de Conatel - para anticipar, decodificar y entender el estilo de guerra sucia electoral que está por llevarse a cabo en los proximos días, y que insisto, es típico del candidato Chávez y no debe sorprendernos. Para muestra un botón, en el primer zarpazo Chávez se da el lujo de enviar a Globovisión a un nefasto civil llamado Hugo Tirado sobre quien pesa un expediente por tráfico de armas. En fin un Gouveia, menos agresivo y aparentemente desarmado.

Ahora bien, lo que Chávez no ha entendido, es que para ésta campaña electoral 2003, los insultos y ataques proferidos contra el contrincante, que tantos votos le hicieron ganar en el 98; ejercen en ésta ocasión un efecto absolutamente contrario. Al punto que ni a sus otrora jefes de campaña, oráculos constituyentes y afines; los insultos y arengas de hoy les seducen, como para volver a apoyarlo. Chávez pareciera desestimar, que el contricante electoral de hoy, tiene la particularidad de estar compuesto por el 70% de la población mayor de 18 años.

Lo bueno de lo sucedido el pasado viernes, es que el atropello – bajo la figura de riesgo calculado - sirvió para que mucha gente se enterara y en consecuencia asumiera que Chávez está dispuesto – no tiene alternativa – a medirse electoralmente. No olvidemos, que a la misma hora en que los esbirros de Conatel visitaban Globovisión, Chávez lanzaba oficialmente desde el Teatro Municipal su comando de campaña.

Lo malo, no es solamente el hecho que él ostenta el poder y puede hacer mucho daño, sino que lo de Globovisión pareció haber tomado por sorpresa a la dirigencia de oposición; a decir por los gestos y pronunciamientos histéricos y destemplados que se hicieron esa misma tarde, así como el consecuente caos que se generó en la capital, que culminó con la granada lanzada a Conatel, y que el gobierno obviamente le endosa a la oposición.

Entonces señores líderes de la oposicíón, a ponerese los guantes, que en guerra avisada... ya ustedes saben.