En
recientes artículos de prensa como "El antídoto contra
Chávez" y "¿Un romance Bush-Lula?" de Andrés Oppenheimer1, y
"¿Quién le pone el cascabel al gato? Oscar Arias" de Carlos
Alberto Montaner2, además del extenso análisis del viaje del
Presidente Bush a Latino América, se ha hecho
insistentemente referencia a la necesidad o el interés de
contener a Chávez.
¿No será más bien que a ningún país del continente (salvo
posiblemente a los Estados Unidos) le interese "frenar" a
Chávez?
Examinando cada caso (fuera de los conflictos ideológicos
que limitan cualquier acción contra Chávez), todos los
países de la región se han beneficiado extraordinariamente
de tener a un gobierno regalando montones de dinero y
pretendiendo ser el adversario mundial de los Estados
Unidos. Además de las regalías directas que reciben países
como Argentina, Cuba, Bolivia, Ecuador, Brasil, etc., los
demás se aprovechan de tratados y negocios con los Estados
Unidos que ahora sí está dispuesto a contrarrestar la
influencia chavista. Amén de las inversiones nacionales y
extranjeras que abandonan Venezuela, y del éxodo de los
profesionales más calificados, los cuales han terminado
trabajando exitosamente en todo el continente y más allá.
Veamos, por ejemplo, el inmenso negocio del etanol que
Brasil por fin parece que logrará con los Estados Unidos.
Brasil tiene varias décadas intentando exportar su
tecnología de bio-combustibles, pero ahora sí encontró a un
presidente norteamericano deseoso de hacer el negocio.
Sigamos con otros: Uruguay con un tratado de libre comercio,
Colombia con más dinero para combatir la guerrilla, México
con una solución para sus emigrantes, y la lista sigue.
Por lo que, repito, ¿habrá algún país de la región que
quiera detener a Chávez? Más bien creo que mientras Chávez
tenga petrodólares para financiar sus delirios todos
actuarán con la mayor hipocresía pensando sólo en beneficio
propio, directo o indirecto.
Cuando termine la pesadilla chavista sólo dirán que ellos no
tenían nada que ver con los asuntos internos de Venezuela ni
con el gobierno que este equivocado pueblo decidió tener. Si
Oscar Arias o Felipe Calderón pretenden adversar a Chávez
mucho me temo que se quedarán bien solos: unas voces
disonantes en medio de los aplausos.
gonzalo.iribarren@gmail.com