La
Comisión Europea cruzó el Rubicon, al recomendar la apertura de
negociaciones con Turquía en vías a una futura adhesión de ésta
nación a la Unión Europea. La larga ruta que ha venido transitando
Turquía camino a su admisión dentro de la UE, comenzó en 1963,
cuando Ankara firmó un acuerdo de asociación con la Comunidad
Económica Europea. A lo largo de esos 40 años, los obstáculos que
se le han impuesto a los turcos han sido mucho más numerosos que
los impuestos previamente a otros países.
El anuncio de ayer de la Comisión Europea, considera que Turquía
ha pasado las pruebas, pero podría aún hacer mas. En ese sentido,
el próximo 17 de diciembre el Consejo Europeo deberá aprobar el
edicto de la Comisión, si resulta positivo para Turquía, de todas
maneras la adhesión no se produciría antes del 2015.
Pero si echamos un vistazo a la historia de otras adhesiones, son
muy pocos los países – aparte los seis fundadores – que fueron
realmente recibidos dentro de la Unión con los brazos abiertos.
España, Portugal, Grecia y Austria pueden dar fe de dicho
tratamiento.
Pero igualmente, no solo el vacío que existe dentro de la propia
Unión Europea en cuanto a cuales son sus verdaderas fronteras y
límites, pesa en contra de los turcos, sino también; su religión
predominante, su posición geográfica, sus 70 millones de
habitantes, el trato que recibe la minoría Kurda, su frontera con
Irak, ciertas prácticas en contra del respeto a los Derechos
Humanos, constituyen a los ojos de otros países miembros de la
Unión un handicap importante.
Sin embargo, el gobierno de Ankara está bajo la lupa de la
Comisión Europea, y dependerá más de la capacidad de Ankara de
seguir adelante con las reformas democráticas que la Unión le
exige, que de la subyacente reticencia de algunos miembros de la
Unión en contra de la nación turca.
Desde el año 2002, el gobierno islamista moderado turco presidido
por Tayyip Erdogan, ha dado múltiples muestras de buena voluntad.
Abolición de la pena de muerte, exclusión de los militares del
poder ejecutivo, la abolición del concepto penal de crimen
político, igualdad entre hombres y mujeres previa reforma
constitucional y la mas reciente reforma; la no criminalización
del adulterio, constituyen en su conjunto irrefutables
demostraciones del interés de Turquía por someterse a las
exigencias europeas.
Mientras en el seno de la Unión muchos se preguntan, sin encontrar
respuestas por el momento, ¿si la Unión se va a extender de manera
indefinida sin correr el riesgo de perder su razón de ser?; ¿las
adhesiones son todas compatibles con la política de la Unión?
Así las cosas, con el gesto de la Comisión a favor de Turquía, y
las múltiples muestras de buena voluntad por parte del gobierno
turco; la futura adhesión de Turquía en el seno de la UE cobra una
verdadera fuerza. Sin embargo, la entrada definitiva de Turquía en
la UE, llegado el momento, seguramente los diferentes gobiernos de
la Unión a su vez, someterán dicha decisión a referéndum (Francia
ya lo hizo saber). Pero de aquí al 2014, ni los presidentes, ni
los primeros ministros actuales, de los respectivos países de la
Unión serán los mismos, por lo que nada está aún decidido respecto
a la adhesión de Turquía.