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¿quien esta ganando la guerra?
por Luis DE LION
Miércoles, 2  de Abril 2003


Han transcurrido 15 días de la guerra en Iraq y por ahora constatamos; en primer lugar que el objetivo político sino sigue intacto, al menos se mantiene; segundo que la opinión internacional no deja de zigzaguear y tercero que los arrogantes halcones de Washington, se tambalean.

Saddam Hussein no cambia, sigue a la cabeza de un despótico clan familiar, que constituye paradójicamente el régimen más minoritario de la historia iraquí; y el sátrapa de Bagdad sin rubor alguno martiriza nuevamente a todo su pueblo, para de esa manera mantenerse en el poder. Algunos historiadores señalan que los vicios del Iraq moderno radican en la creación colonial británica de los años 20, cuando le confiaron el Estado a la minoría árabe sunita, en detrimento de los shiitas mayoritarios y de los kurdos. Desde esa época los diferentes regímenes recurrieron al uso de la fuerza, cuando los excluidos exigían reivindicaciones. La ultima represión feroz en 1991, condeno al exilio a las fuerzas políticas shiitas, al norte los kurdos se agruparon en torno al PDK y UPK y así se limpió el territorio iraquí de opositores al régimen de Saddam. En consecuencia, el pueblo iraquí hoy en medio de una nueva guerra no posee ninguna alternativa de expresión opositora.

El zigzag de la opinión internacional representa una buena propaganda para Saddam, quien se cotiza hoy como héroe del mundo árabe. En ello tienen mucho que ver los heteróclitos movimientos antiguerra y la self-made prospectiva militar de The New York Times, la cual perimió a los 8 días de combate, y de allí en adelante se instaló la histeria redaccional y solo hablan de un segundo Vietnam; igual como editorializaron a la primera semana de los bombardeos en Kosovo y Afganistán.

Por otra parte, los halcones han sufrido sus propias bajas aún antes de la guerra; Paul Wolfowitz subsecretario de defensa americano, se eclipsó al no obtener la ayuda turca, Richard Perle acaba de renunciar a la junta de Política de Defensa del Pentágono y en consecuencia el arrogante Rumsfeld se estaría quedando al fin solo.

Sin embargo, hay un personaje que no se ha pronunciado desde que comenzó la guerra, dicho personaje hábilmente envía señales a través de su multinacional de kamikazes puesta a la orden no de Saddam, ni del pueblo iraquí; sino a disposición de ese fanático fascismo islámico, del cual Osama Bin Laden es el líder supremo.

¿Estará Bin Laden, ganando la guerra?