|
Inicio ¿Quién escibe? Política Internacionales Fórmula 1 Reflexiones Contacto:
|
"frida", interesante
film sobre un icono feminista Finalmente llegó a nuestras pantallas la biografía fílmica de Frida Kahlo, la controvertida artista mexicana, compañera de vida del muralista Diego Rivera, a la vez que militante comunista y practicante del amor libre en las relaciones conyugales. Cuatro meses después de su estreno en EE.UU. y México, nos llega esta polémica cinta, que desde el principio tuvo la intención de impactar a vastos públicos con escandalosas escenas, siguiendo la receta de otro llamativo filme mexicano, El Crimen del Padre Amaro. Pero Frida tuvo la ventaja de ser una coproducción norteamericana-mexicana, hablada en inglés, por lo que compitió en igualdad de condiciones con otras películas de Hollywood, llegando a tener seis nominaciones a los codiciados premios de la Academia, en las categorías de mejor actriz, dirección artística, música y canción originales, vestuario y maquillaje, un verdadero hito para una película esencialmente latina en muchos aspectos. Todo lo cual evidencia un notable esfuerzo cinematográfico de sus realizadores, empeñados. en convertirla en un éxito de taquilla y crítica a la vez. Sin embargo, es ahora cuando la cinta empieza a dar ganancias, con unos 26 millones de dólares de ingresos brutos después de varios meses de exhibición, monto todavía apenas equiparable al costo de producción. Evidentemente, las recaudaciones no estuvieron acordes con las expectativas, quizás por tratarse de la biografía de un personaje poco conocido en el mundo artístico, y que sólo en décadas recientes se empieza a apreciar. Esto último sucede mayormente por estar asociado su nombre con personajes famosos como Diego Rivera y León Trotsky (fue esposa del primero y amante del segundo) y no tanto por su contribución al arte pictórico pues -en el fondo- la fama de Frida Kahlo procede mayormente por la patética y escandalosa vida personal de esta artista de origen judío-alemán-mexicano. Una biografía codiciada Sin duda, el gran acierto del filme fue contar con la interpretación de la talentosa Salma Hayek, también de origen mixto, siendo su madre una mestiza mexicana y su padre libanés. En el aspecto físico, ambas mujeres son muy parecidas, aunque ciertas facciones de la Kahlo tuvieron que ser logradas con un buen maquillaje. Además, la Hayek estuvo tratando de filmar la biografía de Frida Kahlo desde hace diez años, y finalmente le ganó la partida a dos actrices que ansiaban encarnar a la pintora, Madonna y Jennifer López. Aunque ya se había hecho dos biografías televisivas de la Kahlo, y existía desde 1984 otra versión mexicana que pasó casi desapercibida (a cargo del director franco-mexicano Paul Leduc, autor del clásico sobre la revolución, México insurgente), Salma Hayek vio en este film la oportunidad de su vida, después de una veintena de papeles sin mucha consecuencia, que van desde telenovelas mexicanas hasta algunas producciones laureadas como Tráfico, otras cintas taquilleras como Desperado y Dogma, además de una excelente versión televisiva de El jorobado de Notre Dame, donde encarnó a la gitana Esmeralda, al lado de un veterano como Richard Harris. A sus 34 años, en busca de coronar su carrera con un Oscar, la Hayek convenció a los financistas de los estudios Miramax que el mundo estaba lista para una nueva biografía fílmica, que sería más llamativa y realista que la opacada versión de Leduc, máxime cuando la actriz se ha convertido en uno de los sex symbol latinos de Hollywood, siguiendo los pasos de Maria Conchita Alonso y la misma Jennifer López. La idea que hizo cuajar el proyecto fue la de hacer énfasis en la controvertida vida sentimental de la Kahlo, habiendo sido ella una mujer bisexual, mostrando no sólo fogosas escenas con sus numerosos amantes, sino la relación lesbiana que tuvo con la fotógrafa Tina Modotti, una italiana que inmortalizó con su lente a muchos artistas de la época. Ésta fue encarnada aquí por la bellísima Ashley Judd, una actriz de cine y tv que se dio a conocer en 1996 al interpretar a Marilyn Monroe en una biografía televisiva. Reforzando el reparto actoral Para incrementar los atractivos de Frida, –y ya como productora ejecutiva- la Hayek pudo lograr la participación de dos actores de fama mundial, aunque en roles breves, recurso muy usado para atraer públicos cuando no es suficiente la fama del actor principal. Así, recurrió a Antonio Banderas, su co-estrella en Desperado, -la cinta de Robert Rodríguez que dio a conocer a ambos- asignándole aquí al actor español el papel de Siqueiros, otro gran muralista que competía con Rivera. Por otra parte, escogió al laureado Geoffrey Rush –más conocido por su papel como el Marqués de Sade en un atrevido filme- para encarnar a Trotsky, el revolucionario ruso que se había refugiado en México para escapar de Stalin, aunque éste lo mandó a asesinar de todas maneras en su bunker mexicano, valiéndose justamente de otros militantes comunistas como la Kahlo y Rivera. Otro acierto fue escoger a Alfred Molina en el papel de Rivera, un actor anglo-español que se ha destacado en muchas películas con personajes exóticos, a quien muchos recordarán por su papel del despótico médico iraní en No sin mi hija, al lado de Sally Field, y como el patético exiliado cubano que seduce a Marisa Tomei en La familia Pérez. El corpulento Molina hace un trabajo digno de mención, ayudado por su gran parecido físico con el pintor mexicano y por su propia pasión por la pintura, al igual que la Hayek. Codeándose con notables Sin duda uno de los logros del film es la meticulosa escenografía –que explica su nominación a mejor dirección artística- haciendo revivir parajes tanto de Ciudad de México como de Nueva York y París del período de entreguerras y de la última posguerra. Además de figuras notables como Rivera, Siqueiros, Trotsky y la Modotti, en la segunda parte se nos muestra brevemente varias luminarias del mundo pictórico, desde Breton y Duchamp hasta Kandinsky y Picasso, que ayudan a la Kahlo a darse a conocer. Su popularidad se logra de esa manera, a pesar de la escasa originalidad de sus cuadros, que muchos creen plagados de un enorme tradicionalismo -rayando en el estilo ingenuo, como en sus Retablos- así como en el marcado narcisismo de la pintora, ya que la mayoría de sus motivos son autorretratos, o grupos donde ella aparece. No por esto se puede subestimar el empeño de la Kahlo en trajinar una carrera tan sacrificada e incierta financieramente como la pintura, a pesar de haber sufrido poliomielitis de niña y luego un accidente de tránsito que le afectó su columna y la tuvo muy limitada y adolorida por el resto de su vida, obligándola a recurrir al alcohol y a la droga. Esto, sin contar su desordenada vida sentimental, habiéndose casado dos veces con Rivera, y sosteniendo abiertamente muchos romances, acorde con su legendaria liberalidad sexual, que la convirtió en un ejemplo a seguir dentro de la corriente feminista. Una producción de desigual calidad Pero quizás fue precisamente esta intención de destacar con fines comerciales la parte escandalosa de la artista, la causa tanto del moderado éxito comercial del filme como de la desigual figuración en las reseñas críticas, pues aunque en algunas se alaba el realismo de la realización y el esfuerzo actoral, en otras se señala que al filme le sobra efectismo y superficialidad en el tratamiento argumental, criticándosele incluso ciertas manipulaciones históricas. Y, para algunos, llega a aburrir un poco en las largas escenas sobre la declinación y enfermedad de la artista, una vez pasada la etapa de sus fogosas aventuras. Al público mexicano, en particular, no gustó ver a dos de sus principales artistas plásticos hablando en inglés, aunque esto era necesario para tener acceso al lucrativo mercado anglosajón. Y en medio del descrédito del comunismo a escala mundial, tampoco ayudó que los personajes eran casi todos afectos a esa tendencia política, con la cual muy pocos se identifican en el mundo occidental. No es culpa totalmente de Salma Hayek -el alma de la cinta- quien aportó todo lo que pudo en su proyecto y merece el modesto éxito logrado. Y aunque es la primera actriz mexicana en competir por un Oscar principal, realmente tiene poco chance de ganarlo, al tener una fuerte competencia "anglo" en Nicole Kidman, Renée Zellweger, Julianne Moore y Diane Lane. Sin embargo, dada la energía demostrada por la Hayek en su primer esfuerzo como productora, cabe esperar mejores trabajos en este nuevo aspecto de su carrera, que incluso la animó a dirigir una película próxima a estrenarse, El milagro Maldonado. Pero quizás sí se podría culpar parcialmente a la otra gran responsable del proyecto, la directora Julie Taymor, con poca experiencia en producciones espectaculares y profundas como ésta, y para remate filmada en un país extraño a su ámbito natural, las tablas de Broadway, donde se destacó dirigiendo a una versión teatral de El Rey León. En el área cinematográfica, tenía apenas otra película poco exitosa en su haber (Titus), habiéndose dedicado mayormente a versiones televisivas de obras teatrales. Y muchos opinan que la notable calidad artística de Frida se debe más al trabajo de producción de la Hayek que a la dirección de la Taymor. En fin, aunque Frida es una producción interesante y de buena factura -que merece verse al menos como un ejercicio cultural- en el plano fílmico la obra se queda a medio camino, logrando interesar mayormente a los públicos nostálgicos de esa época o los aficionados al arte, pero no tanto al resto de los espectadores, que acuden a verla mayormente por su contenido erótico y a quienes poco interesa la carrera de estos personajes míticos y conflictivos del tercer mundo. |
||||||||