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Fraude 
por Alexis Márquez Rodríguez

domingo, 29 agosto 2004


    

El sustantivo fraude es viejo en Castellano. Aparece ya en el Diccionario de Autoridades (1732), el primero de la Real Academia Española, y su contenido  semántico ha variado muy poco. Lo cual quiere decir que es muy vieja también  la costumbre de actuar fraudulentamente. El DRAE en su última edición (2001) lo define así: ³Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete. || 2. Acto tendiente a eludir una  disposición legal en perjuicio del Estado o de terceros. || 3. Der. Delito que comete el encargado de vigilar la ejecución de contratos públicos o de algunos privados, confabulándose con la representación de los intereses opuestos. || en % de acreedores, loc. adj. Der. Se dice del acto del deudor, generalmente simulado y rescindible, que deja al acreedor sin medios de cobrar  lo que se le debe². El DRAE registra también el sustantivo fraudulencia, como equivalente a ³fraude² o para indicar la ³Cualidad de fraudulento²; el adverbio fraudulentamente (con fraude) y el adjetivo  fraudulento, ta, que significa ³Engañoso y falaz². También el verbo fraudar (³Cometer fraude o engañar²) y el adjetivo fraudador (que comete fraude), ambos con la marca de desusados.

Al caer en desuso el verbo fraudar, el sustantivo fraude queda huérfano de un verbo que específicamente designe la acción de cometer actos de esa naturaleza, por lo que hay que apelar al verbo defraudar, que sólo en parte e imperfectamente se asimila a la idea de cometer fraude: ³Privar a alguien, con abuso de su confianza o con infidelidad a las obligaciones propias, de lo que le tocaba de derecho. || 2. Frustrar, desvanecer la confianza o la esperanza que se ponía en alguien o en algo. || 3. Eludir o burlar el pago de los impuestos o contribuciones².

Doña María Moliner, en su monumental Diccionario de uso del español, define el fraude como ³Engaño hecho con malicia, con el cual alguien  perjudica a otro y se beneficia a sí mismo. Engaño delictivo. Defraudación al fisco².

Diccionarios más recientes al definir el sustantivo fraude son más escuetos y menos explícitos que el DRAE, y ponen especial énfasis en el fraude económico y financiero. Pero insisten en el componente de dolo y engaño que define la acción fraudulenta.

En Derecho se menciona con frecuencia el llamado fraude a la ley, que es el uso de artimañas y engaños para burlar el cumplimiento de una o varias normas jurídicas. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando un deudor se insolventa engañosamente traspasando sus bienes a otras personas, e impide de ese modo que el acreedor cobre la deuda.

Este concepto se maneja especialmente en el Derecho Internacional Privado, pues la aplicación de leyes de un país en relación con nacionales de otro país que se rigen por sus propias leyes se presta mucho a fraudes de este tipo. Lo vemos, por ejemplo, con extranjeros que van a ser expulsados del país, y mediante un matrimonio fraudulento, aunque formalmente legal, con una persona de nacionalidad venezolana logran evitar la expulsión.

Curiosamente, ninguno de los diccionarios generales consultados hace referencia al llamado fraude electoral, muy frecuente en numerosos países, por lo que la expresión es de uso corriente. Pero sí lo definen diccionarios especializados en el área jurídica. Guillermo Cabanellas, por ejemplo, en su Diccionario de Derecho Usual (1953), bajo el artículo Fraude dice, entre otras cosas, lo siguiente: ³En lenguaje político sudamericano, por fraude se entiende el uso de maniobras ilícitas en la preparación y convocatoria de elecciones, en la emisión del voto, en los escrutinios y en la proclamación de electos, sobre todo  simulando actas o desconociendo las verdaderas² (Tomo II, p. 223) .

No creo que el concepto jurídico de fraude electoral sea propio de Sudamérica, pues si bien el fenómeno de fraude electoral hoy día es casi desconocido en la mayoría de los países europeos, no es menos cierto que en algunos aún se practica, y en América tampoco es exclusivo de los países del sur, pues se da por igual en casi todos los demás del Continente, incluyendo los propios Estados Unidos, donde el atrasado y antidemocrático sistema electoral se presta a ello, como ocurrió precisamente hace tres años, en la elección del actual presidente, en la cual se perpetró un fraude más que evidente.

La palabra fraude deriva del vocablo latino fraus, fraudis (Mala fe, engaño, falsedad, malicia, astucia, perfidia), lo cual prueba que ya entre los romanos existía tal tipo de delito.       
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