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Un día de salario o un año de presupuesto
por Fernando Luis Egaña
sábado, 9 junio 2012


    Los voceros del Psuv, siempre tan creativos para la farsa y la estafa política, andan promoviendo una campaña de recolección de fondos que llaman “un día de salario para el Psuv”. Declaran que se trata de una fuente muy principal para su financiamiento con miras a la campaña electoral, y su mecanismo consiste en la aportación “voluntaria” de una jornada salarial por parte de los funcionarios públicos. El cuento casi enternece...

    Días atrás, sin embargo, la Asamblea Nacional también participó en el levantamiento de recursos políticos para la campaña continuista, y no de a poquito sino con cifras astronómicas. Veamos.

   La bancada oficialista aprobó un crédito adicional por 198 millones (198 mil millones de bolívares anteriores) para una fundación de activistas bolivarianos, adscrita al ministerio de Agricultura y Tierras; y acto seguido aprobó otro crédito adicional por 1.196 millones (un billón, 196 mil millones de bolívares anteriores) para el ministerio de Comunicación e Información, o sea el ministerio de propaganda político-electoral. ¿Qué tal?

    En realidad, toda la gestión presupuestaria y para-presupuestaria del Estado bolivarista se encuentra en función de la campaña releccionista del señor Chávez. Léase, presupuesto ordinario, créditos adicionales, fondos paralelos, nuevo endeudamiento, etcétera. Por ello, la consigna ésa de “un día de salario para el Psuv”, debería cambiarse por la de “un año de presupuesto para el Psuv”.

    Y en verdad, no sólo de un año sino de todos los años presupuestarios del régimen imperante, porque los mucho más de mil millardos de dólares recibidos y despachados por la “revolución” en el siglo XXI, se han destinado, en una medida considerable, a las tareas del activismo político-hegemónico, incluyendo, no faltaba más, la “logística” dirigencial...

    Y volviendo al citado crédito adicional para el Minci, tenemos que éste representa un aumento del 60% con respecto al monto establecido de 742 millones (742 mil millones de bolívares anteriores) en la Ley de Presupuesto de 2012, digamos que formalmente vigente. Y si además se agregan otros créditos y recursos, es probable que ya esa cifra haya sido más que duplicada.

   Y ojo, los billones del Minci son sólo una parte del gasto comunicacional de la “revolución”, porque los otros 30 ministerios también tienen abundantes recursos para propaganda, así como también el innumerable elenco de viejos y nuevos organismos públicos, amén de las gobernaciones y alcaldías oficialistas, y ni hablar de los fondos paralelos, de cuyas botijas salen cuantiosas cantidades para el mismo fin.

    Una de las “características” centrales de la satrapía vernácula es la más completa eliminación de toda frontera entre la función pública y el proselitismo partisano. De hecho, lo primero se encuentra férreamente subordinado a lo segundo. Y no importan las diáfanas separaciones constitucionales, porque en este departamento la Constitución no es mera letra muerta sino vandalizada.

    El descaro es de tal naturaleza, que esa consigna muy publicitada de que “con tus tributos consolidamos el buen vivir”, se podría sustituir por esta otra: “con tus tributos consolidamos el mal campañear”... ¿Y el CNE qué dice? Bueno, lo mismo de estos años: “que Venezuela tiene el mejor sistema electoral del mundo”. Para los jerarcas que portan la boinacolorá, de seguro que es así.  

flegana@gmail.com

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 Columnista, profesor universitario y ex-Ministro de Información


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