Todas las regiones de Venezuela, sin
excepción, aunque unas más que otras, han padecido y padecen
el decaimiento de su desarrollo por causa del maltrato de la
revolución bolivarista.
Comencemos por Valencia en la región
central, otrora capital de la descentralización, y ahora una
ciudad victimada por la negligencia municipal, la violencia
delictiva, el deterioro industrial y la regresión
centralista. El Estado nacional se "agarró" hasta el metro y
el aeropuerto, y el gran impulso progresista del estado
Carabobo se detuvo en el limbo rojo.
¿Y Guayana, la vitrina del
desarrollo democrático? Las empresas básicas en debacle
generalizada. Sidor produciendo en mínimos históricos. La
CVG hecha una sombra. Edelca y el Guri en crisis de
funcionamiento básico. Las cuantiosas inversiones privadas,
todas espantadas. Una situación inconcebible con el petróleo
en 110 dólares.
La región andina y en especial el
Táchira sufriendo el desplome del comercio con Colombia.
¿Cómo puede prosperar una zona fronteriza con cada vez menos
intercambios fronterizos? Y el cuadro de inseguridad
llegando a niveles de "colombianización", pero no de ahora
sino de antes de Uribe.
El granero de Venezuela o la región
agrícola y también pecuaria del Centro-Occidente va por el
mismo terraplén que su principal actividad económica.
Acarigua estancada por primera vez desde los años 50, y
Barinas, ciudad sometida a la dinastía presidencial, ya es
considerada la capital nacional del secuestro.
En Maturín la pulsión desarrollista
de la Apertura Petrolera fue siendo sustituida por el
estatismo-político de Pdvsa, y el potencial turístico de
todo Oriente se ha quedado pasmado, cuando no achicado por
la guerra oficial contra el sector privado. Ni Margarita se
ha salvado de esos embates.
El señor Chávez se lo pasará
hablando de los llanos apureños, pero quizá la región más
vandalizada en estos años de mengua ha sido, precisamente,
el estado Apure. Y no sólo por la narcoguerrilla que campea
en el Alto Apure, sino por los gobiernos peseuvistas que han
medrado en San Fernando.
¿Y la gran región zuliana? La Costa
Oriental bajo la paralizante influencia de Pdvsa. El Sur del
Lago igual pero con el Inti, y también Perijá. Y Maracaibo
batallando para que el neo-centralismo no siga haciendo
estragos. Si es que hasta el "control" del puente Rafael
Urdaneta lo trasladaron a Caracas.
Y de Caracas, mejor no abundar.
Bastaría señalar que ya la cifra anual de los homicidios que
tan sólo ocurren en la gran Caracas es similar a la cifra
anual de todos los homicidios perpetrados en Venezuela
cuando el señor Chávez empezó a "gobernar".
Maracay o Coro, Barquisimeto o "Barcelacruz",
Mérida o Cumaná, San Felipe o Calabozo, Valera o El Tigre, o
cualquier otra ciudad, población o localidad venezolana,
está siendo pisoteada por el hampa, la crisis eléctrica, la
agresiva re-centralización y la caída de la economía formal,
entre otros males de repotenciada o nueva data que se
vivifican por la "revolución".
Es el pisoteo de las regiones que,
paradójicamente, no deja de comportar ciertos proventos
políticos por aquello de depaupera e impera. De allí lo
indispensable que el país aprecie y asimile que ni esto
siempre ha sido así, ni por tanto tiene que serlo en el
futuro.